774 - "Araujo Juan Bautista"
Por una licencia que solicita a
la Rma. Curia de Guayaquil para viajar a Riobamba, podemos conjeturar que fue
natural de esta capital Chimboracense. En efecto, en diciembre de 1870 viajó a
dicha ciudad para volver después de 40 días de estadía en el altiplano.
Su ordenación sacerdotal
tampoco está registrada en el respectivo Libro de Ordenaciones, por lo que es
posible que el P. Araujo vino a Guayaquil después de poco tiempo de recibir la
ordenación sacerdotal, lo cual, puede deducirse por los años que sirvió en la
Parroquia Pimocha, durante los siguientes períodos: del 1° de Abril de 1957 al
11 de Julio de 1861; del 23 de Junio de 1862 al 24 de Septiembre de 1870; y del
12 de Mayo de 1902 o el 7 Septiembre de 1903.
775 - "Araujo Rodrigo de"
Licenciado, cura de Riobamba,
designado por el Cabildo de Quito el 4 de Mayo de 1624 continuó gobernando la
diócesis hasta la llegada del nuevo obispo, Don Fray Francisco de Sotomayor, a
fines de ese año.
776 - "Araujo González Joaquín Miguel"
En 1828 el Obispo Miranda
Suárez, al designar al Dr. Joaquín Miguel Araujo para dictaminar respecto al
libro de Solano, hace un nombramiento acertado, pues el clérigo Quiteño goza
del merecido prestigio de ser entonces quien más amplios conocimientos
teológicos posee en el Ecuador, siendo considerado por Prelados y canonistas
como varón de consulta en estas materias. Solano, en cambio, es una incógnita
todavía. Cumpliendo con lo mandado, Araujo enjuicia la obra de Fray Vicente.
Termina su trabajo en Ambato el 6 de Noviembre de 1828 y lo envía sin tardanza
al Obispo. “Censura crítico teológica, hecha por orden del Ilmo. Señor don
Calixto Miranda, Obispo de Cuenca y Gobernador de la Diócesis de Quito, sobre
el libro intitulado: La predestinación y reprobación, según el sentido genuino
de las Escrituras y la razón, por Fr. V.S.” Impreso en Cuenca. Año de 1828 al
Dr. Araujo ni hay ofensa para nadie, indirectamente se prueba el proceder de
éste, quien aplaudía y recomendaba de buena fe la labor de los protestantes que
repartían Biblias, actitud que mereció reproches de varios miembros del clero,
pero de la cual Solano manifestó arrepentirse confesando públicamente su error
en 1828.
El título puesto en su
contestación ya indica la forma en que Solano se propone tratar el asunto,
recurriendo a términos fuertes, a burlas y aún a injurias: “El baturrillo o
censura crítico teológica por don Veremundo Farfulla, analizada y reducida a su
verdadero punto, por el fraile V.S.. Imprenta de Cuenca por J. Maya año 1829.”
Consta el folleto, además, de cuatro páginas de portada y advertencia, y de
sesenta páginas de texto. El Dr. Joaquín Miguel de Araujo. Apuntes biográficos
y críticos, por Juan León Mera. “Revista Ecuatoriana.”
Números LVIII, LIX y LX,
correspondientes a Octubre, Noviembre y Diciembre de 1893. Quito, Ecuador.
Joaquín Miguel Araujo hijo de
don Carlos de Araujo y de Doña Tomasa González nace en Quito, siendo Bautizado
el 4 de Febrero de 1774; por lo tanto es diez y siete años mayor a Fray
Vicente. Muy joven adquiere los títulos de Maestro y Dr. en Teología, cuya
cátedra la desempeña en la Universidad, aunque después ejerce la cura de almas
en varias parroquias de distintos lugares de la República, principalmente en
Ambato, ciudad en la que, rodeado de toda clase de consideraciones, fallece el
día 13 de Febrero de 1841. Afirmación de Sr. Mera de Araujo “Profundizó las
ciencias eclesiásticas y filosóficas cual ninguno en su tiempo en América”, la
verdad es que su ciencia no aparece en grado tan eminente como para merecer esa
hiperbólica alabanza en lo poco, poquísimo, que escribió. La verdad es que el
doctor Joaquín Miguel Araujo, a pesar de sus conocimientos teológicos que no se
pueden negar y de su erudición también evidente, en toda su larga vida sólo
pública dos folletos de alguna importancia. El primero de ellos se intitula:
Disertación sobre la facilidad de ordenar y sobre la multitud inútil de
sacerdotes, por el Dr. Joaquín Miguel Araujo, sacerdote de Quito residente en
la villa de Ambato.
Popayán, imprenta en la
Universidad, por Manuel Gregorio Córdova MDCCCXXXV. 2 – VI – 58 páginas. El otro folleto está rotulado así:
Disertación sobre la lectura de la Biblia en la lengua vulgar. Con breves notas
sobre la vindicación que ha publicado el señor Isaac Wheelwrigh, preceptor del
colegio de niñas educandas de Quito por haberle acusado el fiscal eclesiástico
de dogmatizante, contra la creencia católica. Por el Dr. Joaquín Miguel de
Araujo. Año de 1838. Imprenta de la Universidad Central del Ecuador, por Juan
Pablo Sanz. 28 páginas. Este opúsculo contiene la palinodia de Araujo sobre lo
que en años anteriores opina favorablemente respecto a las Biblias sin notas,
de la Sociedad Bíblica de Londres. Explica que aquella declaración la hace en
Noviembre de 1824, ignorando que, en Mayo de ese mismo año, el Papa León XII
había ya prohibido la circulación de esa clase de Biblias; proceder que, ahora,
en oposición a lo que pensó antes, lo cree sumamente acertado, porque es el
tiempo el que ejerce “El gran magisterio de la experiencia”. A estas dos
publicaciones hay que agregar la Censura crítico – teológica del folleto
intitulado La Predestinación y Reprobación de los hombres, que aunque escrita
por Araujo, no la pública éste, pues, como luego se verá, sólo aparece en
letras de molde en 1846, cuando ya habían transcurrido cerca de cinco años de
la muerte de su autor. Sabiéndose que, al verte al castellano el texto inglés,
Olmedo sometía los originales al ilustrado criterio del Sr. Dr. José Joaquín
Araujo el censor de la Predestinación de Solano, clérigo de acendrada fe y buen
teólogo, pidiéndole y recibiendo consejos y observaciones.
777 - "Araujo Diego"
El Dr. Diego Araujo, es
profesor de Literatura Ecuatoriana en la Universidad Católica de Quito,
conocido crítico literario, hombre versado en el conocimiento de la novela
ecuatoriana, sus opiniones autorizadas, científicas, justamente le han creado
un espacio de respeto por su trabajo. Esto nos llevó a esta conversación de la
que esperamos surjan criterios polémicos que le den sentido a sus opiniones
literarias.
Diego, eres un estudioso de la
novela ecuatoriana, estás al día en la lectura de los textos de narrativa. Dentro
de una mirada general. ¿Cómo ves la novela ecuatoriana en los últimos diez
años?
Hay un dato estadístico que me
parece significativo, en los últimos diez años se han publicado alrededor de 81
novelas, en los veinte años anteriores también se publicaron 81 novelas, es
decir este dato es interesante en la medida que nos da un indicio del
crecimiento cuantitativo, numérico de las novelas en el Ecuador. Entonces, hay
que preguntarse, el porqué de este desarrollo, y si también de alguna forma se
puede hablar de un crecimiento cualitativo de la novela y yo creo que el
crecimiento de la novela está vinculado al fenómeno; a los cambios que se
producen en la sociedad ecuatoriana de los 70, cuando se incorpora como
protagonista de muchos episodios de la vida nacional, como personaje de la vida
nacional, el petróleo. Este crecimiento de los sectores urbanos, de alguna
forma refleja también una mayor bienestar de los grupos medios, creo que de
alguna forma va creando un público, mayor número de los lectores; así, en los
años 60, por ejemplo, ya hay editoriales que hacen ventas masivas de libros en
el país, asunto que no era tan frecuente veinte años atrás. Entonces, creo que
el crecimiento de la novela está vinculado a este fenómeno del crecimiento de
la ciudad, de cierto “bienestar” ligado a determinados grupos sociales.
Esta modernización refleja de
la sociedad ecuatoriana, ¿necesariamente significa hablar de nuevos temas en el
arte de novelar?
Yo creo que las condiciones
materiales de las nuevas condiciones de la sociedad ecuatoriana han cambiado
radicalmente. La cosmovisión o visión del mundo de los grupos sociales, como
llaman los sociólogos que con más coherencia ha recogido estas nuevas
modalidades en la conciencia colectiva, cuya materialización está todavía en
desarrollo, me parece que es la novela, en general el relato. Yo veo que en la
literatura de los últimos veinte años, del 70 hasta nuestros días, realmente el
relato ecuatoriano es la manifestación intelectual que con mayor coherencia ha
recogido estos cambios sociales.
Hablas del relato en general…
Del cuento y de la novela, e
incluso me parece que hasta
cierto punto, como hacía notar hace poco, Ernesto Albán Gómez, el cuento ha
estado un poco siempre a la vanguardia; el caso del relato ecuatoriano se adelantó
un poco en los años 30. El primer gran libro de narrativa es un libro de
cuentos:
“Los que se van”; la gran
figura de esos tiempos es De la Cuadra, un gran cuentista; es decir, antes de
la maduración de la novela en los años 30, hacía notar Ernesto Albán, y yo
comparto plenamente ese juicio, había madurado tanto el cuento. Yo creo que
aquí, en los 70 u 80, pasa también algo análogo. Realmente el cuento, como en
este encuentro de literatura, por ejemplo, ha hecho notar muy bien Cecilia
Ansaldo, ha conseguido una madurez especial.
Diego, hablemos de las
tendencias. Tú como crítico y decía al comienzo del diálogo, lector atento de
nuestra novela ¿Puede hablarse de una novelística ecuatoriana, para utilizar
los términos de Alejo Carpentier?
Pienso que es una novelística en
construcción, que una novelística en el mismo término de Carpentier, es algo
que se va haciendo, es algo que se va haciendo, es algo que se va edificando,
una novelística en proceso, que no es del todo aislada, ni distinta de la
tradición novelística hispanoamericana, latinoamericana. Creo que puede
hablarse de proceso de formación, de consolidación de la novelística en el
Ecuador, que es parte de la novelística latinoamericana en el sentido en el
cual hablaba Carpentier.
¿Para tener un sitial
respetable en el concierto novelístico de América Latina?
Pienso que sí. Tú me averiguas
en relación con las nuevas temáticas de la novela, y me parece que una temática
muy frecuente de la novela de estos últimos años ha sido la crisis de ciertas
utopías revolucionarias. Esto lo veo muy claro en algunas novelas; por ejemplo,
en el caso de “Sueños de Lobos” de Abdón Ubidia, en “Teoría del Desencanto”, de
Raúl Pérez; antes estuvo ya en “El Desencuentro”, de Fernando Tinajero, incluso
en “El Desbastado Jardín del Paraíso”, de Alejandro Moreano, está en “La tarde
del antihéroe”, de García Calderón, está en la última novela de Juan Valdano;
de algún modo que todas las novelas anteriores que he mencionado tienen un
poder testimonial relativamente cercano a nosotros, las euforias
revolucionarias de los años 60, la crisis de las izquierdas, los desencantos,
incluso de esas euforias revolucionarias. En el caso de la novela de Juan
Valdano, “Mientras llega el día”, se ambienta la novela en los días anteriores,
a la matanza del 2 de Agosto de 1810, pero es un tema en ese sentido muy
actual, porque también es la crisis de una propuesta revolucionaria, en la
crisis de una utopía, me parece que este es un tema muy importante en la novela
ecuatoriana de estos años; creo que Fernando Tinajero se ha referido como signo
no sólo de la novela sino de la literatura ecuatoriana de los últimos años, a
una literatura del desencanto y creo que en gran sentido tiene razón.
De pronto hay una ruptura en el
tema del desencanto, por una temática histórica, como es la de Valdano, que
justamente se aleja en más de ciento cincuenta años a las propuestas de estas
novelas del desencanto.
Bueno, yo no estoy de acuerdo
en esto último que tú dices, que se alejan, la novela de Valdano. En verdad, la
novela de Valdano se aleja en el tiempo, es en definitiva en el siglo XVIII y
concretamente durante la revolución Quiteña a comienzos del XIX; la novela
tiene un carácter histórico, cívico, nueve días antes de la matanza del 2 de
Agosto de 1810, pero es un tema en ese sentido muy actual, porque también es la
crisis de una propuesta de independencia, de una propuesta revolucionaria, es
la crisis de una utopía, me parece que este tema muy importante en la novela
Ecuatoriana de estos años; creo que Fernando Tinajero se ha referido como signo
no sólo de la novela sino de la literatura Ecuatoriana de los últimos años, a
una literatura del desencanto y creo que en gran sentido tiene razón.
De pronto hay una ruptura en el
tema del desencanto, por una temática histórica, como es la Valdano, que
justamente se aleja en más de ciento cincuenta años a las propuestas de estas
novelas del desencanto.
Bueno, yo no estoy de acuerdo
en esto último que tú dices, que se alejan, la novela de Valdano. Es verdad, la
novela de Valdano se aleja en el tiempo, es en definitiva en el siglo XVIII y
concretamente durante la revolución Quiteña a comienzos del XIX; la novela
tiene un carácter histórico, cívico, nueve días antes de la matanza del 2 de
Agosto, pero ese desplazamiento histórico hasta cierto punto es un pretexto; la
novela de Valdano es absolutamente contemporáneo, en la medida en que también está representado el fracaso de una utopía
revolucionaria; no son las guerrillas, como pueden ser en la obra de García
Calderón o en la obra de Alejandro Moreano, pero se trata también de una
crisis, de un proyecto revolucionario; en ese sentido; yo veo más bien una cierta
cercanía, es decir no veo una oposición entre esta preferencia por la novela
histórica que también es algo que se puede notar en la novela ecuatoriana de
los últimos años y este tema de la desilusión. En relación con lo primero,
fíjate que hay algunas novelas que han hecho una deliberada propuesta de novela
histórica, la novela de Iván Egüez, por ejemplo; “pájara la memoria”, algo
también en el “Poder del Gran Señor”; la novela de Jorge Velasco “Tambores para
una Canción Perdida”, en la novela de Alicia Yánez, en la “Virgen Pipona”, es
muy fuerte la referencia, la crónica histórica, en general me parece que en la
novela Ecuatoriana de los últimos años, se retorna a la historia y la historia
es muchas veces la fuente de la temática narrativa.
778 - "Aráuz Félix"
Félix Aráuz (Guayaquil, 1935) es
uno de los pocos pintores que en nuestro medio se han tomado muy en serio
aquello de renovarse continuamente en
busca de otras formas de expresión, más ricas, más variadas o, simplemente,
distintas a las anteriores.
Su continua y meditada
renovación, sumada a un oficio serio y dedicado su trayectoria sobrepasa ya los
30 años de labor artística, nos ha permitido conocerlo en varias etapas: la
informalista, la expresionista, la abstraccionista, la feísta y últimamente, la magicista, tendencia que
predomina en la exposición que actualmente exhibe en el museo del Banco Central
en Guayaquil, acertadamente denominada “Universo de Fantasía”
En esta muestra, nuestro pintor,
sin olvidar su personal sello, esas caritas infantiles que cautivan por sus
miradas, se nos presenta más expresivo, más audaz en su dibujo, más latino en
sus colores y, sobre todo, más mágico y fantasioso en su temática, que a
momentos tiene harta de sensual y sugestiva.
Algo de los que exhibe se lo pudo
intuir cuando participó en la muestra
“Pintores de Ecuador – Poetas de Israel”, organizada por la embajada de ese
país, en 1988, con una obra que interpretaba un hermoso poema de Tuvia Rubner:
“Ave tras ave, foráneo/alegre de tierra estaba/árbol tras árbol un brote
engendra…”
Aves, vegetación, magia y rostros
de niños se conjugaban magistralmente en la obra, pero aún no se podían
entrever en ella las infinitas posibilidades que esa nueva vertiente, la
mágica, le ofrecería posteriormente.
Y es que la exposición que en
esta ocasión presenta es un verdadero canto a la magia, a lo supremo de la
vida, del color; a esas fantasías en las que muy poco pensamos, pues la prisa
de la vida moderna nos impide meditar en ellas y sumergirnos en su esencia.
Sesenta obras conforman la
muestra y, aunque hay algunas que no corresponden a su intención general
(abstractos, personajes deformes y enormes cabezas plenas de vegetación), el
color, la magia y la fantasía es lo que domina este nuevo universo del pintor.
Mediante la utilización de
símbolos que entremezclan lo animal, lo vegetal y lo humano, Aráuz ha creado
una fauna y flora mágica que nos invitan a soñar en mundos distantes, donde la
realidad ha perdido terreno para ser reemplazada por aquello que únicamente en
sueños alcanzamos a crear.
Sus indispensables rostros y
figuras de niños, que parecen mirar absortos desde alguna dimensión
desconocida, surgen de esas formas de vida como para reinar, plácidamente,
sobre ellas.
El prestigio de Aráuz como
colorista se reafirma en la muestra, pues gracias a su hábil manejo del color
ha conseguido brindar efectos especiales a la composición de sus obras e
imprimirles un ritmo musical, armónico, casi de ensueño.
En fin, es tanto lo que se podría
decir sobre este “Universo de Fantasía” pero…las palabras no son suficientes
para abarcar la magnitud de su mágica atmósfera; para ello es necesario, frente
a cada cuadro, dejarse llevar por los sentidos y dar rienda suelta a lo que muy
pocas veces permitimos salir de casa: la imaginación.
Sobre Félix Aráuz no es necesario
decir mucho, su exposición habla por sí sola y ratifica, una vez más, su
talento artístico y dedicado e investigador oficio, que han hecho de él a uno
de los grandes de nuestra pintura. Un pintor de nuestro tiempo.
Creo que su caso es único dentro
de la plática Ecuatoriana. Me refiero a su timidez. Tan sincera en él, tan
presente en su obra. Y es que si no hay obra que esté marcada por la timidez,
la inocencia, la dulzura, los rostros infantiles, los sueños, pajaritos, esta
es la obra del Guayaquileño Félix Aráuz, nacido en 1935. Y es que Aráuz es
consecuente con lo que dice y hace. Maestro de escuela por cerca de medio
siglo, soñador perpetuo por un mundo de paz, ha querido reflejar esas
instancias éticas-humanas es sus lienzos desde los momentos mismos en que Félix
se decidió por la pintura.
Consciente de su compromiso con
la niñez, Félix ha sido consecuentemente con esa actitud. Y cuando los tiempos
han sido amargos para el hombre (guerras, violencia, mentiras, etc.), nuestro
pintor reflejó ese momento en sus figuras macrocefálicas, como queriendo
señalar que ese mundo grotesco, desfigurado, es el mundo que vivimos y que
dejamos como herencia a nuestros hijos. Y es ahí cuando Félix, pletórico de
felicidad, por circunstancias colectivas (realmente pocas para el hombre), ha
recogido esos momentos significativos en cuadros donde sobresalen sus niños,
sus mariposas, sus sueños, sus colores sedientos de magia y misterio. Ese Félix
Aráuz que encarna la más alta expresión de la pintura llena de ternura y goce
infantil, es el que está cumpliendo un cuarto de siglo pintando, viviendo,
sufriendo, gozando, amando. Porque así le dicta lo más íntimo de su ser. Aquí,
en este encuentro con el pintor, pude una vez más apreciar su timidez, su
calidad humana transida de perpetua esperanza por buscar ese mundo lleno de
sabiduría infantil, que tan hermosamente ha sabido recrear en sus lienzos. Su
voz tímida, no lo exime de ser caudalosamente honesto en sus respuestas.
Tus estudios académicos
realizados en la Escuela de Bellas Artes, pueden ser decisivos para un pintor.
¿Lo fueron en tu caso?
La academia es una regla
fundamental que debe seguir todo artista desde su comienzo, porque ella
representa su visión para desarrollar todo su movimiento pictórico.
La academia ha motivado grandes
encuentros con el pintor, porque es necesario descubrir el interior de un mundo
extraño.
Muchos pintores ha comenzado
desde la academia y con el tiempo se han seguido una etapa decisiva en su
pintura. La academia es rigurosa y muchos artistas se han quedado encerrados en
ella; otros, en cambio, se han librado de ella y, como tal, han puesto el sello
personal de su pintura. La academia, en mi caso, se me manifestó en forma muy
sencilla, hubo libertad.
Eres parte de una vigorosa
generación de artistas que transformó el sentido de nuestro arte: que lo volvió
cosmopolita, abierto a las distintas tendencias de la pintura contemporánea.
Pienso en ti, Carreño, Villafuerte, Cruz, Del Campo, ¿Qué los vuelve
universales?
Mi esfuerzo pictórico comienza
por los años 1960. En 1961 realicé mi primera exposición individual en la Casa
de la Cultura Núcleo del Guayas, y desde ese momento sentí mis primeras
inclinaciones hacia el expresionismo, el cual lo considero como riguroso, y de
gran trascendencia universal. El expresionismo es una de las escuelas de mayor
fuerza pictórica, dentro de la historia del arte. En el Ecuador se ha forjado
un gran equipo de pintores expresionistas, los cuales han sido reconocidos
internacionalmente.
Para ese tiempo, te estoy
hablando de los sesenta, ¿con qué pintores latinoamericanos y europeos te
sientes cercano?
En 1960, cuando cursaba en la
Escuela de Bellas Artes y comenzaba a desarrollar mi inquietud en el campo de
la expresión plástica, el expresionismo fue un factor importantísimo en mi
pintura, tal es el caso de Rouault, uno de los más grandes maestros
expresionistas franceses y quizás uno de los que más he admirado por su gran
aporte al desarrollo pictórico. Otro pintor que he admirado ha sido también el
artista Portocarrero.
Siempre has estado cercano al
experimentalismo. La búsqueda del mundo simbólico parece ser una constante en
tu trabajo plástico. ¿Qué te lleva a ello?
Los niños o niñas, tema que lo
venía realizando desde la Escuela de Bellas Artes, y al concluir esta, acogí
como tema principal en mi pintura, las niñas, niñas con pájaros, gatos, etc…,
en los que pongo énfasis en los ojos, transmitiéndoles matices de ternura,
dulzura, que con el tiempo lo complementé con un determinismo simbólico
denotado en su cabello, todo como si fuera un sueño para mí, el que lo
demostraba en las figuras de gatos, aves que ahondaban su cabeza.
La simbología de las plantas,
frutos, flores, realza más la imagen de la niñez, la que se fusiona con todo el
colorido y encanto de la naturaleza, que cual aureolas fantaseaban en mis
cabezas, ya que la niñez significa para mí la paz, una paz que por siempre
viviré en ella y que dentro de mi trabajo siempre la buscaré.
Un crítico tan perspicaz como
Hernán Rodríguez Castelo ha encontrado en tu pintura influencias de Vlaminck y
Rouault. ¿Estás consciente de esas influencias?
Como te lo dije hace un instante,
el expresionismo ha tenido bastante influencia en mi creatividad artística,
desde mis comienzos, por su gran potencia en su nivel de contenido plástico,
por lo que hace a Rouault, lo he admirado por su dinámica expresionista y su
gran contenido social en su pintura.
Pero los seres que pueblan tu
universo de colores, son seres atormentados por la soledad. Características
esencial del mundo de hoy. Esos rostros y esas cabezas macrocefálicas son acaso
una forma de denunciar lo grotesco de la sociedad en que vivimos.
Madres y niños constituyen uno de
los temas que con mayor interpretación he realizado: madres alegres, madres
tristes. Además, en la temática de niños, experimenté niños con cabezas enormes
y deformes, quizás como una denuncia social análoga al tiempo en que vivimos, y
para realizar esto, lo he manifestado en esta temática de cuadros, que aparte
de su fuerza expresiva he tratado de reflejar en ellos un gran contenido
social.
Un artista que se precie de tal,
debe dejar plasmada en su obra una fusión auténtica de su contenido plástico y
social. La época de las cabezas macrocefálicas, que tú señalas, fue un tema que
lo desarrollé muy poco.
Sin embargo, para evitar que tus
cuadros se tornen desoladores, invitas a presenciar un nuevo y mágico universo
de seres y colores. Niños, aves, pequeñas florecillas. ¿Oposición, contraste?
Quizás mis cuadros se puedan
presentar desoladores, que evocan temas que se pueden reflejar, en situaciones
angustiosas y deprimentes, en el continuo transcurrir de la vida. Creo que a
más de considerarlo como un contraste en mi pintura, al variar de temas,
consideraría mejor expresarlo en una evolución, un continuo apego de encontrar
nuevas y variadas formas, ya que todo artista tiene sus épocas y debemos
respetarlas, ya sean conflictivas o pasivas, siempre y cuando estas generen un
mensaje como producto del tiempo, y tratar de alcanzar una meta, y creo que una
de ellas es procurar llegar a un paraíso de colores.
Félix déjame decírtelo, en mi
opinión, tú has llegado a ese paraíso de colores. Por otra parte, intentas
desprenderte, momentáneamente, de tus figurillas infantiles y buscas temas
religiosos. Estoy pensando en ese “Ecce Homo”, de una desgarradora expresión,
en “Descendimiento”, cuadro que convoca a la ternura, expresada en los rostros
de esos niños. ¿Por qué no hubo perseverancia en ese tipo de temática?
Los temas sacros, los represento
por mi ferviente amor hacia lo religioso, hacia lo humano. Los “Ecce Homo”, en
cambio, me conmueven a lo humano en esencia, al reflejo del hombre, que por su
sufrimiento, nos trató de dejar el regalo más maravilloso que es el amor y la
paz. Temas como el descendimiento, la piedad, son imágenes, si las podemos
considerar así, hacia las cuales, por su gran contenido de ternura y dulzura,
nos deberíamos reflejar en ellas diariamente.
“Las Madonas”, en cambio, me transmiten
un ideal de amor, el cual debemos de llevar para alcanzar un porvenir
celestial. Como te lo expresé, la continua búsqueda de temas y formas ha sido
partícipe de desarrollar un solo tema, considero que mi contribución a esta
temática ya ha sido plenamente desarrollada.
Pero, tú vuelves a lo tuyo, al
mundo de los rostros infantiles. Por otro lado, veo que esa temática te
embarga, como que va aparejada a tu personalidad, a tu carácter intimista,
sencillo. ¿Es así?
El mundo de los rostros de los
niños, es algo que me apasiona, ya que aparte de pintar, he dedicado con
orgullo 25 años, en enseñar dibujo en escuelas, en donde he visto la alegría,
la tristeza de estas criaturas, reflejadas en sus trabajos.
Sencillo, siempre lo he sido,
creo que la mejor cualidad que debe tener un hombre es esta, soy bien exigente
en mi pintura, introvertido en ciertas ocasiones, ya que considero que mi
pintura expresa de la forma más espontánea y clara todo lo que siento.
Pero decides dejar de lado los
rostros y cabezas macrocefálicas. Me has dicho que tu mundo interior se ha
modificado y ahora buscas tranquilidad, sosiego, alegría. Y eso explicaría los
rostros infantiles cargados de belleza, colorido, plantas, animalitos,
insectos, etc. ¿Ubican tu nueva actitud?
He tenido etapas con mucho
contraste, debido a la continua búsqueda que he venido experimentando, la cual
se ve reflejada a las situaciones en que vivimos. La superación llega y mi
tranquilidad la encuentro en los colores, siempre con ese amor por la
naturaleza, ya que uno de mis sueños es transmitir lo que nos brinda la
naturaleza y conjugarla en mis temas con los niños, los cuales tienen un papel
preponderante en mi vida.
Félix, ¿qué representa para ti la
pintura? ¿Acaso una forma de ver el mundo a través de colores, imágenes,
sensaciones, etc.?
Mi pintura es mi vida, sin ella
no sería nada. En mis 30 años como artista, nunca he dejado de pintar y creo,
si Dios me da la oportunidad, nunca dejar de hacerlo, porque creo que la
constancia, el anhelo, el deseo de superarse cada día más, hacen de cualquier
profesión la base de su éxito. Todo pintor llega a tener un estilo, reflejo de
sus sentimientos, en donde expresa y diagrama sus temas, colores, imágenes,
esperando que el mundo las conozca.
Comenzaste por las formas grotescas,
dándole preminencia a formas negras con trazos violentos. Esos serían cuadros
de tus primeros años. Ya debemos pensar que estamos refiriéndonos a los
sesenta. Y en los últimos años pareces desprenderte de neoexpresionismo, que
está cercano al “Art Brut”, para gozar con lo mágico, con la ternura, que es
finalmente la expresión más cercana a tu mundo interior y a la paz que
quisieras floreciera en este mundo.
La exposición que realicé en
1966, en el Centro Ecuatoriano Norteamericano, profundizó un eslabón de la
pintura, los trazos de línea negra con rostros de niños enloquecedores,
posteriormente, en 1967 incursioné en el campo del precolombino, cuyo resultado
fue el comienzo de mi identificación con el Art Brut, tema que lo mantuve muy
poco tiempo.
Ahora, en este año, con mi nueva
exposición, concluyo un ideal más, un sueño más, plasmado de símbolos, niños,
aves, árboles, en un espacio que transitan, vuelan o se lanzan.
VERANO-OLEO DE LA COLECCIÓN CASA DE LA CULTURA, 1967
A mediados de los sesenta, Aráuz
Basantes deja el grueso grafismo de sus telas multicolores y blanquinegras, por
un trazo más fino, contornante de figuras generosas, armonizando totalmente el
conjunto desde la arbitrariedad absoluta. La composición sigue igual derrotero:
manteniendo equilibrio, tiene superposiciones ilógicas de las formas, las
mismas que son tratadas con valores planos y labrados, en un juego combinado de
lisuras y asperezas, a veces empleando arena y grumos de mayor densidad
matérica. Sus personajes miran de frente, con grandes ojos alucinados o
dubitativos. Las criaturas tratan siempre de agarrarse de algo, como si una
ansiosa inseguridad las determinará. Es el tiempo en que le llueven los
galardones, de los que ha acumulado una veintena.
SUEÑOS DE NIÑA-ACRÍLICA, 1988
Todo su mundo de infantes,
flores, hojas, pájaros, frutas, carretas, casitas, cercas, globos y peces,
pareciera una baraja infinita para jugar varios destinos. La composición
continua plana y simple. El color se aclara y abrillanta manteniendo agrisadas ciertas
zonas acorde con la propuesta. Los fondos desempeñan un rol creciente en la
flotación de las figuras recortadas sobre ellos. En las cabezas de las imágenes
focales aparecen símbolos apilados como recuerdos, añoranzas, pesadillas o
sueños gratos. También pinta retablos e imaginería, atiborrados de figuras
anárquicamente coloridas, causando en estos casos, una composición aún más
llana y obvia, de sabor primitivo e ingenuo donde lo principal a rescatar es la
encantadora cadencia del conjunto, rayano en tapicería, brocado o estampación.
LA NIÑA DEL JARDÍN-ACRÍLICA, 1989
Los pasos de una vida tan
ideologizada como la del artista, no están exentos de visitas, – en la memoria
– de nostálgicas presencias. Así en Aráuz sucede, cuando en medio de una alegre
primavera asoma un vendaval sombrío. Todavía en su época actual vemos
considerable rezagos de etapas vencidas. Los elementos de instantes anteriores
y lo que se perfilan a futuro, aparecen, desaparecen y reaparecen en la obra de
hoy. Algún gnomo o capricho hace su inesperada intrusión en el soporte
arauciano en cualquier momento.
FOTO DEL ARTISTA Y SU PIETA: BUONARROTIANA EN LA TEMÁTICA Y ROUALTIANA
POR LA TENDENCIA
Félix Aráuz Basantes (Guayaquil,
1935) es el pintor por excelencia. Muy terco de palabras, se muestra prolífico
en el arte cromático bidimensional, pues en el encuentra su lenguaje natural,
como vehículo de manifestar inteligencia, voluntad y sensibilidad. No escatima
admiración por sus maestros históricos: Francisco
de Goya, Georges Roault y Jean Dubuffet. En sus años tempranos mientras recibía
clases de César Andrade Faini en la Escuela de Bellas Artes conoció al
destacado expresionista alemán Hans Michaelson. De todos ellos recibió valiosas
influencias en sus primeros años profesionales, así como de Marc Chagall, Joan
Miró y algunos Brasileños. Es pertinente anotar algún paralelismo con su
coetáneo Fernando Botero en ciertos tramos de su carrera. Sería erróneo indicar
ascendientes recíprocos. Durante su aventura evolutiva, Aráuz ha ido decantando
su nivel de calidad en su copiosa producción, valido de un oficio perseverante
y una poderosa imaginación. Ha sido fundamentalmente un expresionista durante
su trayectoria, pero ha pasado por épocas muy señaladas, en que el
informalismo, el simbolismo, el neo-figurativismo, el surrealismo y,
actualmente, el magicismo, encajan alternativamente en su camino de expresión.
MUJER Y NIÑO-ACRILICO, 1969
Cumplió períodos obscuros,
dramáticos y feístas, lindando con el monstruismo. Por encima de traumatismos.
Por encima de traumatismos escolásticos y sociales, de este artista
introvertido y profundamente emotivo, afloran esporádicamente en su lenguaje
pictórico alaridos y maldiciones. Su estado de ánimo es decisivo en sus representaciones
plásticas. Desde los tiempos de tímida asimilación al informalismo-catalán y
ancestral criollo, pasando por el período antropomorfista en que se unen la
cultura ceramista precolombiana con la formas del inconsciente, el brochismo
casi gestual o tachista, el simbolismo hiperbólico y desdibujante, presenta
aproximadamente del 69 al 77 cuadros
monstruistas, reflejos del temor y la miseria humanos, con un trabajo
textural insuflador de atmósfera trágica, que constituye lo mejor logrado en el
asunto entre nosotros. Esta etapa tuvo gran resonancia crítica (José
Gómez-Sicre lo consideró entre los más grandes art-brut de América). Expuso en
La Unión Panamericana en Washington, en Rock Island (Illinois) y en varias
galerías de Nueva York.
CABEZA-ACRÍLICA, 1991
Descontando un monocromático
abstracto en verde, más de cincuenta cuadros integrantes de la inminente
exposición en el Museo del Banco Central de Félix Aráuz, son figurativos. Todos
corresponden a su labor presente. Creemos que esta exhibición marca un gran
momento de su recorrido. Ha innovado su composición, que ahora tiene
características estructurales de seres humanos cohesionados con su hábitat, en
una embriaguez de colores ecuatoriales, cálidos, llenos de sol, selva, montaña
y mar; de trópico, en una palabra. Los matices se muestran audaces en
ocasiones, pero siempre armónicos, muy elaborados y bien dispuestos. Los
espacios están calculados con acierto. Cualquier desmesura decorativa está
atemperada por la solvente cocina pictórica del talentos creador porteño.
Parece haber dejado definitivamente la fase demoniaca y dramática, que nos
agrada tanto como la de ahora. Su faena textural es de mucho apoyo para el
resultado óptimo del conjunto. El expresionismo permanente que mencionamos
antes, toma un viso mítico, misterioso, cada vez más magicista. Toda la fiesta
equinoccial es ofrecida a nuestros ojos por un Guayaquileño modesto, laborioso,
callado e imaginativo.
779 - "Aráuz Nicolás de"
Profesor de Filosofía de la
Universidad de San Gregorio Magno, Quito, 1687 – 1690 (Ecuatoriano).
780 - "Aráuz Ramón"
El Cabildo Eclesiástico ponía en
conocimiento de Carondelet el haber nombrado a Don Ramón Aráuz como visitador
de las Misiones del Putumayo.
781 - "Aráuz Enrique Pibe"
La noche comenzaba a caer en la
ciudad de Guayaquil, era el domingo 6 de Abril
de 1919. En el hogar de los Pantza Aráuz, situado a mitad de cuadra en
el legendario Callejón Parra, a sólo cuarenta varas de la ribera del caudaloso
Guayas, había corre-corre de verdad. “Ya mismo da a luz la señora Angelita”
repetían ansiosas las vecinas. De pronto, cuando las graves campanas del reloj
de la casa anunciaban las diez de la noche, se escucha un agudo llanto que a
todos los presentes colmó de júbilo y gratitud. Nació un pequeño, blanco y
robusto niño, a quien cinco días más tarde lo bautizarán dos veces en la
iglesia parroquial y en el mismísimo río Guayas, era el de Manuel Armando
Pantza Aráuz, hijo legítimo del Orense Víctor Manuel Pantza Carrillo y de la
Guayaquileña Angela Rosa Aráuz Coello, joven matrimonio sumamente apreciado en
tan popular barrio porteño.
Manuel Armando fue destacado
alumno de la Escuela Fiscal N° 6. Su educación secundaria la recibió en el
glorioso Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, donde se graduó de bachiller en
1937. A los 12 años el joven Pantza Aráuz ya tocaba la guitarra, ese amado
instrumento musical que al cantío del poeta Lojano Dr. Carlos Eduardo
Jaramillo: “Hay que estrecharla al pecho como una dulce novia/y en su hombro
moreno de femenina forma/poner una caricia suave como una rosa/la guitarra es
una hembra de voz maravillosa”.
“LOS CAMPIRANOS”
Allá por 1933, nuestro Guayaquil
se ufanaba de tener en su siempre alegre y hospitalario solar, compositores de
la talla de un Nicasio Safadi, Pancho Paredes, Carlos Silva, Carlos Solís,
Enrique Ibañez y Alberto Guillén Navarro. Precisamente este último, Alberto
Guillén, encontró al joven Pantza Aráuz en el famosísimo barrio de Manabí y
Guaranda, donde lo convenció para que integre el nuevo Trío “Los Campiranos”
que en Octubre de 1934 debutó en Ecuador Radio, empresa que dirigía Juan Behr.
Este grupo musical estuvo integrado por Enrique Luna Fernández como primera
voz; Manuel Armando Pantza como segunda voz y Alberto Guillén como tercera voz.
El día del debut, Felipe Huerta Rendón, que oficiaba de locutor y animador,
bautizó a Manuel Armando-tercero y último bautizo de su vida como “El pibe
Aráuz”, pues consideró que su apellido paterno Pantza no golpeaba
artísticamente. Desde entonces nuestro cumpleañero de hoy, se quedó para todos
con el nombre de Armando Pibe Aráuz.
El trío “Los Campiranos” triunfó
en Lima en 1937. Dos años más tarde “El pibe” irá otra vez a la iglesia, pero
no como todos los domingos para escuchar la santa misa, esta vez será para
casarse con la única dueña de sus sueños y canciones: Piedad Noblecilla Ruiz,
dama virtuosa, madre ejemplar con quien procreó cuatros hijos: Luis, Víctor,
Rosa Janet y Arístides Armando. Doña Piedad retornó al Señor el 11 de Junio de
1991.
Profesor de guitarra
Armando “Pibe” Aráuz fue alumno
del Conservatorio Antonio Neumane de esta ciudad, donde se graduó de profesor
de guitarra y bajo. En 1953 integró su propia orquesta, la que logró el aplauso
de miles de bailadores hasta su extinción en 1988. En 1978 el maestro y músico
de fama mundial don Gerardo Guevara, solicitó al “Pibe” que organice la
delegación del Guayas de la Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador
(SAYCE), nuestro homenajeado cumplió con diligencia y honestidad suma dicha
tarea, siendo su primer personero por 10 años.
En 1953, el Pibe Aráuz recibió un
especial encargado de su dilecto amigo, el poeta, periodista y diplomático
Guayaquileño Dr. Abel Romeo Castillo y Castillo el autor de Romance de mi
destino, de Romance Criollo de la Niña Guayaquileña se trataba entonces de unos
versos en homenaje al Cholo Porteño Guayaquileño, letra que fue musicalizada
por el Pibe Aráuz, en Guayaquil el día lunes 16 de Agosto de 1954, a las ocho y
media de la mañana.
782 - "Arauzo Juan de Dios"
Coronel fue acusado de traición a
la causa republicana, y entre las denuncias presentadas contra este Jefe al
Consejo de Guerra, está la de haber hecho amenazas e intimidado con grillos a
un físico médico de apellido Moreno, por el hecho de haber este médico
denunciado el conato de sublevación encabezado por Sepúlveda y secundado por
Salgado y Zerda.
Nacido en Arequipa. Llegó a
Guayaquil en el Granaderos de Reserva. Teniente Coronel y miembro del Colegio
Electoral el 11 de Noviembre de 1820. Estuvo casado con Petra Barno de
Ferrusola y Paredes.
783 - "Arbaiza Octavio"
Ayudante compañía 10 de Agosto –
27 de Enero 1928 – 1929 – 1930
Comandante 10 de Agosto – 1935 –
1936
784 - "Arbeláez y Rubio J. Miguel"
Así fue como pudo quedar
constituida la sociedad Liberal Democrático en esta ciudad, con el siguiente distinguido
Directorio, Vocal Suplente J. Miguel Arbeláez.
785 - "Arboleda Pacifico"
14 de Agosto de 1883 en Guayaquil
en la Jefatura Suprema de Pedro Carbo Director Dr. José y Matías Avilés G.
No pocas veces, tuvo el redactor
de la Bandera Nacional que entrar en polémica con otros periódicos,
especialmente con la República, del Dr. Vicente Paz, y la unión, de don
Pacifico Arboleda, ambos periódicos adictos al Gobierno provisional de Quito.
El Viernes 23 de Agosto de 1883, apareció el bisemanario La Unión, cuyos
redactores eran el Sr. Don Sixto Juan Bernal, de quien ya hemos hablado otras
veces en el curso de nuestra relación, y don Pacifico E. Arboleda quien, por
primera vez, aparecía en el periodismo nacional, y del cual sólo se conocían
una correspondencias que, con el pseudónimo de Tulio, era dirigidas desde Lima
a Los Andes. De esta ciudad. En tales circunstancias, el 8 de Enero de 1886,
apareció El Anotador, periódico bisemanal, cuyos redactores eran los señores
Sixto Juan Bernal y Pacifico E. Arboleda, y dirigido a la Defensa del Gobierno
conservador. Desde el primer número, a pesar de que él, mismo hablaba de circunspección y calma, atacó rudamente a
la prensa de esta ciudad, a la que no comulgaba en las mismas ideas, a la que
no sostenía los mismos principios que el bisemanario. Pero tal era temprano del
Sr. Arboleda, buen escritor por los demás; y no dejaremos de decir que el Sr.
Bernal, viejo periodista, veterano en esas luchas, guardaba más calma y
acostumbraba moderar los ímpetus de su compañero. Durante el año 1886, cuando
arreció la campaña armada, publicó El Anotador, continuamente, ediciones
extraordinarias. El viernes 16 de Octubre de 1889, apareció el primer número de
El Censor, diario de la tarde, de regular formato, de sólo dos planas a cuatro
columnas y editado en la imprenta del mismo nombre. Aparecía, como editor
responsable, Teodoro Alvarado B…, tipógrafo y sus redactores fueron el Dr.
Vicente Paz y Dn. Pacifico Arboleda. El Centinela, diario fundado y redactado
por Dn. Pacifico E. Arboleda, y destinado a la defensa del Gobierno.
Era de formato grande, de cuatro
planas, a cinco columnas; su primer número circuló el 22 de Octubre de 1894,
editado en la oficina tipográfica.
En 1894 en la sección Editorial y en las columnas del
diario El Imparcial. Hallamos en sus páginas, interesantes colaboraciones de
don Pacifico E. Arboleda.
786 - "Arboleda Carlos"
El General Sámano, Jefe de las
fuerzas realistas, avanzó a Latacunga y derrotó a los patriotas de Pucarami, el
20 de Octubre de 1812. Después de reñido el combate
presos, entre los cuales está el Cadete Carlos Arboleda.
787 - "Arboleda Francisco A."
Gobernador de Azuay, 1873
Miembros de la Junta o Asamblea
que designó Presidente Interino a García Moreno, en Enero de 1869 el Presidente
de la Asamblea, Rafael Carvajal. El secretario Nicolás García, Gral. Julio
Sáenz, Cnel. Francisco J. Salazar, Timoleón Flores, Crnel. Daniel Salvador,
Pablo Herrera, Crnel. José A. Polanco, Pablo Bustamante, Pablo Villacís, Manuel
Polanco, Manuel Pallares, Eusebio Conde, Juan Maldonado, Benjamín Chiriboga,
José M. Echanique, José M. Peñaherrera, Antonio Rivadeneira, Francisco
Espinoza, Justiano Estupiñan, José M. Calisto, Mariano Calisto, José M.
Guerrero, José A. Correa, Manuel Avilés, Manuel León Echerri, Francisco Antonio
Arboleda, Luis Pólit, José M. Cevallos, Reverendo Joaquín Ariza, Miguel Dalgo,
Rafael Salvador, José M. Ante, Manuel F. Fernández, Ramón Zambrano, Sebastian
Pérez, Javier Borja, Antonio Flores, Francisco Octavio Escudero, Javier
Salvador.
788 - "Arcaya Juan de"
Vicario en 1606 en el convento de
Santo Domingo en Ibarra. El 28 de Marzo de 1618, el Padre Juan de Arcaya fundó
también la cofradía de los “Esclavos de la Virgen Santísima”, que tuvo mucho
auge en el siglo XVII.
789 - "Arce Alonso de"
1605 – 1610 Maestre de Campo
Alonso de Arce. (Nombrado por el Rey – 3 – 4 de diciembre de 1601, toma
posesión el 26 de Enero de 1605. Muere en Guayaquil el 31 de Marzo de 1610).
Teniente de Corregidor: ¿Toribio
de Castro?
790 - "Arcia y Tello Mariano"
Fue padre de José Félix Arcia y
Malamoco. El doctor Mariano Arcia, que había sido su primer vicepresidente,
imbuido por los clásicos autores y probablemente por las curaciones que se
relataba había efectuado Alibert en las aguas sulfurosas de Tívoli, y otros
hombres de ciencia en las aguas similares de Bañeras, Baregas, etc. pensó que
nuestros leprosos podían tener curación en las aguas sulfurosas de Santa Elena.
Ante situación tan aflictiva, el
doctor Arcia, hombre cargado de años, sufrió una grande desilusión y se separó
del cargo a mediados de 1839.
En 1832 existía en Guayaquil la
botica del Doctor Mariano Arcia, situada en la parroquia de La Matriz. En 1839
integró la Junta de Sanidad.
Después de Miñarica, Rocafuerte
funda por Decreto Supremo el 24 de Marzo de 1835, la Sociedad Médica del
Guayas, siendo elegido como Vicepresidente de la misma el doctor Mariano Arcia.
El doctor Arcia, nacido en
Guayaquil en 1797, cirujano titulado y dueño de la mejor Farmacia del puerto en
los primeros años de la independencia, con cuyas medicinas fueron al Perú los
cirujanos Guayaquileños, los farmacéuticos, sangradores y religiosos, quedando
el puerto casi sin médicos, sirvió con sus drogas al contingente de
Ecuatorianos que marcharon a las últimas campañas de la emancipación, que se
libraron en tierra Peruana en 1823. Condolido de los leprosos que empezaron a
presentarse en la ciudad, El Doctor Arcia y Tello consiguió que se funde el
Lazareto de Santa Elena, siendo nombrado su Director el 26 de Abril de 1838.
Este cirujano Guayaquileño fue de los que han dignificado su profesión,
poniéndola al servicio de la medicina asistencial, como lo han hecho varios
médicos Guayaquileños, sosteniendo una noble tradición de la medicina de su
ciudad natal, últimamente extendida a servicios por todo el país.
791 - "Arcia Mariano"
Nacido en Panamá. Médico Miembro
del Colegio Electoral el 11 de Noviembre de 1820, cirujano Mayor del ejército
Libertador. Estuvo en Huachi. Casó con María Rosa Isusi y Gutiérrez,
Guayaquileña.
Médico, en 1823 preparó los botiquines
que llevaron la 1° y 2° división del ejército libertador. Por esta época
suministra las medicinas del hospital militar de Guayaquil en 1920 fue
integrante de la junta de sanidad.
792 - "Arcia Manuel"
Cirujano de la Presidencia de
Quito en 1824, hizo de Cirujano Militar en Yaguachi, Huachi y Pichincha.
793 - "Arcia Isusi juan Francisco"
Deseoso el doctor Juan Francisco
Arcia de llevar adelante sus indagaciones y de penetrar los fenómenos
interiores, que indubitablemente debían presentar estos dos fetos de asombrosa
unión, procedió a la autopsia, que practicó haciendo una incisión por el costado
de la una, hasta penetrar en la cavidad torácica. El 12 de Noviembre de 1840 la
madre fue Ma. Del Carmen Santistevan, primeriza, el Dr. Ramón Ma. Bravo publicó
el caso en Febrero de 1841 en un diario de Quito.
El Dr. Juan Francisco de la
Natividad Arcia fue hijo del doctor Mariano Arcia y de doña Rosa Isusi; había
nacido en Guayaquil el 8 de Septiembre de 1812 y se incorporó de Médico en la
Facultad de Medicina de Paris y en el año 1840 en la Universidad de Quito. Fue
Juez de hecho en 1842; médico de sanidad por algunos años; perteneció a la
sociedad Médica del Guayas; representante por Guayaquil al Congreso Nacional de
1848 y a la Convención de 1850, después de lo cual viajó al Perú donde la
Facultad Médica de Lima lo inscribió en el registro de médicos que podían
ejercer en aquella ciudad.
El doctor Juan Francisco Arcia,
médico de Sanidad, cargo que por entonces se ejercía conjuntamente con el de
Director de Vacuna y con el sueldo mensual de 42 pesos, en Agosto de 1842
practicó la visita reglamentaria a la goleta, pero la enfermedad no fue
reconocida, creyéndose que se trataba de casos malignos de paludismo o de
calentura biliosa como llamaban entonces, o de cualquiera otra enfermedad pero
de aquellas que en determinados meses azotaban a Guayaquil; y permitió por lo
tanto el desembarco de los enfermos y de la tripulación en general, entre los
que se contaba el capitán y a quien el mismo facultativo. No por esto se puede
calificar de; descuido ni menos de mala intención la actitud del doctor Arcia
al permitir el desembarque; hombre preocupado por la salud del pueblo, ha
dejado para la historia pruebas de esa preocupación con los oficios que un año
antes dirigiera al Corregidor, encaminados a obtener el mayor número de niños
para la vacunación contra la viruela que él como Director de vacuna estaba
obligado a practicar. Fue, si un error lamentablemente el del doctor Arcia,
pero excusable también si tomamos en cuenta que casi un siglo antes no se había
presentado la fiebre amarillas en las ciudad.
Por entonces se ejercía
conjuntamente con el de Director de vacuna y con el sueldo mensual de 42 pesos,
practicó la visita regla mentaría a la goleta, pero la enfermedad no fue
reconocida, creyéndose que se trataba de casos malignos de paludismo o de
calentura biliosa como llamaban entonces, o de cualquiera otra enfermedad pero
de aquellas que en determinados meses azotaban a Guayaquil; permitió, por lo
tanto, el desembarco de los enfermos y de la tripulación en general entre los
que se contaba el capitán y a quién prestó asistencia el mismo facultativo. No
por esto se puede calificar de descuido ni menos de mala intención la actitud
del doctor Arcia al permitir el desembarque; hombre preocupado por la salud del
pueblo ha dejado para la historia pruebas de esa preocupación con los oficios
que un año antes dirigiera al corregidor, encaminados a obtener el mayor número
de niños para la vacunación contra la viruela que él como Director de vacuna
estaba obligado a practicar. Fue, si tomamos en cuenta que casi un siglo antes
se había presentado fiebre amarilla en la ciudad
794 - "Arcia y Malamoco José Félix"
José Félix Arcia y Malamoco hijo
del doctor Mariano Arcia médico en Guayaquil y conocidos por algunos con el
nombre de José Félix Malamoco, era uno de aquellos jóvenes calavera, a quien en
vano su padre trató de encauzarlo por la senda del trabajo, teniéndolo como
empleado en la botica de su propiedad y bajo la dirección de un experto
boticario Mexicano. Arcia Malamoco, deseoso de aventuras, se trasladó a Lima, a
su regreso ingresa como marinero de primera clase a la fragata Colombia en la
que se le da el cargo de los víveres.
El joven Arcia mientras fue
empleado en la botica de su padre trabó íntima amistad con Francisco Bances,
quien como hemos visto antes era a su vez empleado en la botica del señor José
Maria Noboa. Mientras la fragata Colombia permanecía en nuestro puerto Arcia,
visitaba con frecuencia a su amigo en la expresada botica y en una de aquellas
visitas y aprovechando de un descuido de Bancos hurtó una apreciable cantidad
de opio, calculada en tres libras, la que trató de vender en el comercio. Se
sintió el proceso judicial: Arcia declara haber hurtado y vendido el opio al
doctor O’Neill, pero éste niega manifestando no comprar medicinas y que, por el
contrario, las que tenía las vendió a don Miguel Romano, a quien llamaban
Miguelón.
Parece, que al final hubo una
transacción en este proceso, pues la se señora Juana Escudero y Malamoco pagó
al señor Noboa la cantidad de veintisiete pesos por las tres libras de opio.
795 - "Arcia Juan León"
En Junio de 1865, dos buques
componían la flotilla conservadora de García Moreno el Talca y el Smyrk.
Embarcándose 250 hombres, entre los sacados de los pabellones Guayas y
Babahoyo, y de un regimiento. Mandávalos los Cneles. Juan Manuel Urga, José
Martínez de Aparicio y Francisco J. Martínez Quiroz, Manuel Sixto Arvelo,
Marcelino Maridueña, Guillermo Pareja, José Murgueitio, Juan León Arcia, los
capitanes Darío Capelo, Antonio José de Sucre, Francisco Macini, Pedro Moncada,
Estanislao Andrango, Modesto Álvarez, José Mercedes Brito, Joaquín Pastor,
Francisco Parreño y otros tenientes, Subtenientes y alféreces. El Comandante en
Jefe era García Moreno. Partieron el Domingo, 25 de Junio de 1865 a las 7 pm,
navegaron toda la noche, por el Guayas; y el 26 a las 7 am, llegaron a divisar
a los buques Guayas y Bernardino, fondeados tranquilamente en Jambelí. A bordo
del Bernardino se hallaba el Gral. Robles, y a Bordo del Guayas, el comandante
Marcos, y cosa de 40 hombres parece que en el Bernardino no había si no
tripulación. Marcos divisó primero al Talca, y vio que traía bandera inglesa;
días antes habían le visto pasar: ¿Cómo hubieran presumido que llegaría en
contra de ellos? Cuando ya estuvo próximo, arrió el pabellón inglés.
796 - "Arcos Diego de"
En 1592 regidor perpetuo del
Cabildo de Quito, aunque abrumado por sus noventa años, quiso personalmente
dirigirse al mencionado Asiento de San Vicente Mártir de la facunga con el fin
de proveerse de pólvora que en ese lugar se la fabricaba por los descendientes
de Domínguez, español que iniciara este trabajo.
797 - "Arcos Gualberto"
Médico y escritor Quiteño que confunde
al señalar que CURARE y TICUMA son venenos diferentes, cuando es el mismo
veneno con dos nombres diferentes.
798 - "Arcos Gangotena Gualberto"
Dirigió en 1922 la revista
“Atlántida” que era una especie de portavoz de la vida universitaria en lo
social y literario, porque la revista “Anales” de la Universidad Central
aparecía cada año dando a la publicidad aspectos estrictamente científicos. Ese
año Gualberto Arcos, que a la sazón era Licenciado, ganó el primer premio en el
Concurso de Ciencias Médicas y Naturales.
799 - "Orellana Gonzalo"
Editó en 1915 “Patria
Intelectual” en la que constan pequeñas biografías de “Ciudadanos distinguidos
que honran al Ecuador“ y cuyo número sobrepasa el centenar.
800 "Arcos Antonio"
A mediados de 1869, reuniéndose
una noche, en la barranca de Jerusalén, los conspiradores ya nombrados,
acompañados del Dr. Alejandro Cárdenas, de Alejandro Cevallos de Aguilar el
atormentado en Guayaquil, quien furtivamente salió del escondite. Uno de los
más entusiastas, el Dr. Carlos Cáceres, se embriagó y empezó a disparar tiros
de revólver. Disolviéndose en el acto, por milagro no fue descubierto este
proyecto. Otra conspiración más seria fue la del 14 de Diciembre del 1869, en
la que concurrieron, a más de los mencionados, el comandante Diego Pimentel,
Guayaquileño confinado en Quito, el Dr. José Antonio Sánchez, quien acababa de
soportar prisión y grillos, en compañía de Verdesoto, Camarra Aguilar y otros;
Juan Elías Borja, hijo del patriota que murió en la barraca, Manuel María
Maldonado, hijo del Gral. Muerto en el patíbulo, Rafael Gonzalo, Rafael Suárez,
Rafael Quijano, Manuel María Zambrano, Antonio Marcos y los militares A. Dalgo
y Gregorio Campuzano. Sánchez fue el delator. El 14 fueron aprehendidos el Sr.
Alejandro Cárdenas, el Dr. Manuel Salvador Gómez de la Torre, Alejandro
Rivadeneira, Manuel María Maldonado, Diego Pimentel, Manuel María Zambrano,
Severo Fuertes y Manuel Cornejo Cevallos. El mismo 14 fueron declarado en
estado de sitio las provincias de Pichincha y León, y el 18, toda la República.
El tirano dio esta proclama.
801 - "Archavaleta Juan Artemio de"
Yaguarzongo 1564
Compañero de Juan Salina fue Juan
Artemio de Archavaleta.
802 - "Arechaga Tomás"
El fiscal tenía en su haber: “ser
el fruto de un fraile de San Juan de Dios, y de una mestiza de Oruro; era
brutal en sus maneras como en sus acciones; tenía toda la crueldad sutil, que
es la cualidad especial de los chinos, que son una mezcla de sangre africana y
de la India”. Era notario y público también que en aquellos meses se había
entregado al amor con una mujer rica y de lujo, necesitando llenar las cárceles
de patriotas para colmar “El bolsillo de plata”. Es hombre inteligencia,
desalmado, impositivo, lleno de recursos para las probanzas. Presenta su
acusación y pide para los principales patriotas “la plena ordinaria del ultimo
suplicio y confiscación de todos sus bienes”; además, han de ser pasados por
las armas uno de cada cinco de los saldados que proclamaron la revuelta.
Era oriundo de Oruro – dice
Stevenson, secretario de Ruiz de Castilla – y era el fruto de un fraile de San
Juan de Dios y una mestiza.
Abogado designado Protector
General de Naturales en la sala de lo criminal por la Junta Soberana de Quito
el día 10 de Agosto de 1809 pero renunció y fue reemplazado por el Dr. Vicente
Lucio Cabal.
803 - "Arellano Rafael"
Apenas llegó la noticia de la
derrota y prisión del Presidente, se habló de un levantamiento del pueblo, a
favor de don Manuel Gómez de la Torre, personaje ilustre, desde el Gobierno de
Roca; pero luego que se supo la libertad del prisionero, la indignación hubo de
encerrarse en sótanos, donde empezaron a afilarse puñales. En Tulcán, en el
mismo campo de batallo, fue en donde se fraguó una conspiración, que, por
desgracia, no tuvo ningún resultado. Don Rafael Arellano, patriota nacido en
aquel lugar, quien murió de General de la República, fue uno de los pocos a
quienes impresionaron las causas, y más todavía, los efectos de aquel
descalabro ignominioso. Consumado el revés, comprometió a su pariente, el
Comandante Vicente Fierro, quien, al servicio de García Moreno, había dado
pretexto a la guerra. Cambiándose este ciudadano, porque llegó a ver de lleno
la justicia. En su ancianidad cambió otra vez, por conveniencias, ayudó a los
dependientes del tirano, y éstos le exaltaron al grado de General. De acuerdo
Arellano y Fierro, trasladarse a la hacienda de Peguche, donde residía don Juan
José Rivadeneira, otro de los ciudadanos de su posición. Entre los tres
acordaron matar a García Moreno; pero el proyecto no siguió adelante, porque
los tres se hallaban solos.
804 - "Arellano José Ignacio"
En efecto, el 22 de Abril de
1895, apareció el número 2079 de Diario de Avisos, y en él se daba cuenta del
destierro de los Sres. José Ignacio Arellano.
805 - "Arellano Manuel de"
Miembro de la hermandad y
Cofradía de Nuestra Señora de los 7 Dolores, y Compasión de la recolecta
Dominicana de Nuestra Señora de la Peña de Francia, en 1600 en Quito.
806 - "Arellano Francisco de"
El lunes Santo del año de 1600
fue electo mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora de los 7 Dolores y
Compasión, de la recolecta Dominicana, ubicada en Quito.
807 - "Arellano de Rivadeneira Francisco"
Miembro de la hermandad y
Cofradía de nuestra señora de los 7 Dolores y Compasión, de la recolecta
Dominicana, de Nuestra Señora de la Peña de Francia, en 1600 en Quito.
808 - "Arellano Juan de"
El Marqués de Cañete lo encomendó
en los pueblos de Solongo, Sanchón, Colimes y Ponocayo.
809 - "Arellano José"
Figuró el 9 de Octubre. Su nombre
consta en la columna de los próceres.
810 - "Arenales Florentino"
Teniente Coronel don Florentino
Arenales Comandante del Escuadrón Número 2 de “Cazadores Montados” en la
Batalla del Pichincha.
811 - "Arenas y Florencia Inga Alonso"
Don Alonso de Arenas y Florencia
Inga fue designado por Real acuerdo para desempeñar el oficio de corregidor de
la Villa de Ibarra en el norte de la Real Audiencia de Quito en 1666. A él se
le había ofrecido entregar el corregimiento de Latacunga, pero el Virrey, Conde
de Satistevan, murió antes de que el nombramiento se haya hecho efectivo.
Después de un mes de haberse
posesionado de su cargo, sus actividades perturbaron a los residentes civiles y
religiosos de la provincia e hicieron crecer las sospechas en contra suyo, las
mismas que llamaron la atención de los oidores de la Real Audiencia de Quito.
Se empezó una investigación de su conducta y por los últimos días de Marzo don
Alonso Inga fue ordenado para comparecer ante los oidores.
Subsecuentemente fue
detenido en la cárcel Real de Quito, y en Junio de 1667, solo seis meses
después de haber tomado el cargo, fue sentenciado a ser deportado bajo escolta
Armada hacia la Cárcel Real de Lima. Nació en el Perú, y es descendiente
directo de españoles de renombre y de los reyes.
Incas, Huayna Capac y Huáscar. El
abuelo de apellido Florencia, fue un conquistador. El abuelo de apellido
Florencia, fue un conquistador y su padre, de apellido Arenas recibió altos
honores por sus servicios prestado en el ejercicio de las armas en Chile. El
mismo don Alonso había servido a la Corona en Callao. Es posible que su
bisabuelo haya sido don Martín de Florencia, uno de los conquistadores
presentes en la reducción del Inca Atahualpa en Cajamarca, y que llegó a tener
una holgada posición en el cuzco, donde tenía una encomienda, de la cual llegó
a amasar gran fortuna antes de su muerte.
El hermano de don Alonso, quien
fue don Joseph de Arenas y Florencia Inga, es mencionado en el documento,
diciéndose que había viajado a Madrid a solicitar mercedes de la Corona. Del
Rey recibió un escudo de nobleza así como una contaduría en Cuzco.
Lohmann Villena menciona que este
hermano de don Alonso había solicitado en Madrid, un corregimiento y que su
petición fue enviada al Virrey del Perú para que decida si tenía la idoneidad
requerida.
Ninguno de los testigos en el
proceso contra don Alonso ponen en tela de juicio de su ascendencia real
Incaica, y en efecto, su genealogía era verídica. Él fue bisnieto por línea
materna de don Alonso Titu Atauchi (Lohmann Villena, 1957: 99-100), quien a su
vez era nieto de Huayna Capac y sobrino de Huáscar y de Atahualpa (Hemming,
1970: 341-596).
Don Alonso tenía una hermana, con
quien era muy unido; ella lo acompañó a Ibarra para hacerse cargo de la casa
del corregidor. El corregidor Inga, también tenía muchos parientes indígenas en
el territorio de la Real Audiencia de Quito. De estos la más importante era
doña Isabel Atahualpa, hija de Alonso Atahualpa, quien fue hijo legítimo de don
Francisco Atahualpa y doña Beatriz Ango. Don Francisco Atahualpa fue hijo
legítimo del Inca Atahualpa (Archivo del Sr. Cristóbal de Gangotena y Jijón,
1959:97). Doña Isabel Atahualpa vivía en Quito y ella ya era bastante mayor
cuando prestó testimonio a favor de don Alonso. Ella dijo ser su “tía”, y que
había mantenido correspondencia con la madre de don Alonso y Don Joseph desde
muy joven, y que don Alonso le había escrito informándola de que venía como
corregidor de Ibarra. El grado de parentesco implicado por el término “tía” no
se aclara en el documento. El escribano mayor que tomó su testimonio menciona
que ella “no supo decir el grado” (folio 61).
Los otros parientes de don Alonso
en la Real Audiencia de Quito incluían al Cacique de Saquisilí, don Andrés de
Narváez y a Roque Ruiz, un indio de Riobamba a quien se describe “como ladino
en la lengua española y maestro de niños españoles” (folio 52).
La esposa de este Roque Ruiz era
prima en quinto grado de don Alonso. Aunque Roque Ruiz no estuvo directamente
involucrado en las actividades del Corregidor en Ibarra, él fue hecho
prisionero por haber enviado una carta al Gobernador de Riobamba en la cual
trataba a los españoles de “bellascos” y “enemigos mortales nuestros” (folio
52).
812 - "Arenas y Lavayen Pablo"
Partida de Bautismo: “El 2 de Julio
1768, el Licenciado don Joseph Valero, de mi licencia, Bautizó puso óleo y
crisma a Juan Pablo, de ocho días de nacido, hijo legítimo del Capitán don
Gerónimo Arenas y doña Marcela de Lavayen fue su madrina, Josefa Bejarano y
para que conteste lo firmé”.
Expediente de Don Juan Pablo
Arenas hubo de seguir en la Curia eclesiástica de Quito para obtener las
Ordenes Menores del año de 1783. Ese expediente original existe en el Archivo
de la Curia Metropolitana de Quito. Era entonces el futuro prócer seminarista
del Real de San Luis de esta Capital.
Don Juan Pablo Arenas nació, pues
en Guayaquil, el 24 de Junio de 1768 doña Josefa Bejarano, su madrina era la
madre de don Vicente Rocafuerte.
Estudió el dr. Arenas en Quito, y
fue colegial del Real de San Fernando, después de haber sido seminarista de San
Luis. Obtuvo sus grados de bachiller in utroque juré en la universidad de Santo
Tomás y fue recibido de Abogado e intento en la matrícula de la Real Audiencia
de Quito el 16 de Agosto de 1796.
Se casó en Quito el 3 de Mayo de
1800 con la doña Manuela Nicolasa Lasso de la Vega y Borja, hija de don José
Gómez Lasso de la vega y Sandoval de don Manuel Borja y Freire. El Dr. Arenas
tuvo 3 hijas doña Bárbara casada con el prócer y Comandante Manuel María
Buendía.
Doña Josefa Antonia nacida en
1807 y doña Manuela, nacida en 1809. Don Juan Pablo Arenas murió como se sabe,
asesinado en el Cuartel Real de Lima, en Quito, el 2 de Agosto de 1810, en
unión de otros próceres de la Independencia Americana.
He aquí su partida de defunción,
como consta en los libros parroquiales de El Sagrario de Quito:
“El 2 de Agosto de 1810 murió en
el cuartel don Juan Pablo Arenas, Abogado de esta Real Audiencia, marido que
fue de doña Manuela Lasso de la Vega y Borja, quien fue sepultado en la iglesia
de San Francisco y para que conste lo firmó Joseph Corella”
Prócer preso en el cuartel Real
de Lima, en Quito, falleció asesinado el 2 de Agosto de 1810, con varias
heridas de balas en diversas partes.
Murió el 2 de Agosto de 1809, en
el cuartel Real de Lima, durante los disturbios cometidos en la ciudad de
Quito.
Su plan del nuevo Gobierno el que
se implanto fue formulado por Juan de Dios Morales, redactándose el 8 de Agosto
en la casa de Javier de Ascázubi y escribiendo el Dr. Pablo Arenas.
Fue Guayaquileño. Nació en 1768.
Al llegar el año 1787, mantenía patriótica comunicación con Eugenio Espejo y
fue uno de los integrantes de la revolucionaria Escuela de la Concordia.
Siempre fue entusiasta por la
causa de la libertad y participó de los movimientos previos al 10 de Agosto de
1809. Tuvo el grado de Doctor. Fue tío de Vicente Rocafuerte. “Parece que
hubiera tomado de Rocafuerte la fogosidad y el temple enérgico del espíritu.
Despejado, elocuente, marcial, pudiendo servir para todo, para la paz o la
guerra, para el gabinete o los campamentos…”
Establecida la Junta Suprema de
Gobierno, el Dr. Arenas fue considerado idóneo para dar consejos al Comandante
en Jefe y moralizar el ejército. Recibió el nombramiento de Auditor General de
Guerra, con los honores de Teniente Coronel.
Pero…la contra revolución que
emprendió el poder español y ciertas desavenencias en que cayeron los
patriotas, hicieron que la causa republicana abordara el fracaso. Juan Pablo
Arenas corrió la misma suerte que los más valiosos patriotas entre los cuales
era digno y admirado.
Estuvo preso y murió asesinado el
2 de Agosto de 1810. Guayaquil, con merecida gratitud, ha dado su nombre a una
de las calles de este puerto.
813 - "Arenaza Vicenta"
Inventario de los bienes dejados
por fallecimiento de la Señora Vicenta Arenaza. Escribanía la de Casanova 1832,
39 fs.
814 - "Aresqui Pedro"
Cantón de Santa Elena, Alcalde 1°
Ordinario: Sr. Bernardino Rumbea; Suplente: Sr. Raimundo Laines.
Alcalde 2° Ordinario: Sr. José Antonio Marín; Suplemente:
Sr. Valentín Baquerizo; Alguacil
Mayor: Sr. Pedro Aresquí
Teniente 1° Principal de la
Punta: Sr. Manuel España; Suplente: Sr. Pedro Orrala
Teniente 2° Idem; Suplente: Sr.
Jesús Pomiel, de Colonche Principal: Sr. Manuel Santistevan
Suplente: Sr. José León Enríquez 1874.
815 - "Arévalo Emilio"
Políticos como Emilio Arévalo,
liberal y pequeño agricultor de cacao, comenzó a escribir a partir de 1908,
algunos candentes artículos en El Telégrafo, denunciando a los grandes
exportadores de cacao. A criterio de Arévalo, ellos eran los manipuladores de
los precios del grano y los responsables del descenso de los mismos. Arévalo
acusó a los exportadores de ser cómplices de los grandes “trusts” europeos.
Desde que publicó su primer
artículo, Arévalo se pronunció por la necesidad de que se establezca en el
Ecuador una cooperativa de Agricultores, para defender los precios del cacao.
Pero no estuve de acuerdo en que se incluyan exportadores en su proyecto, para
el Ecuador debía seguir el ejemplo de San Thomé (portugal) donde solamente
agricultores se habían agrupado.
La combinación social del Comité
Ecuatoriano, pretendiendo formar una amalgama híbrida de las calidades
antagónicas de productor e intermediario, cuyos intereses consisten, los del
primero en alzar y los segundos de reprimir el precio, es evidente que ha de
carecer de la cooperación colectiva, de la unidad de acción necesaria para
lograr el objeto de la Asociación de Agricultores y que, en la fatal colisión
de intereses contrapuestos, el más fuerte tiene que arrollar al más débil, el
mayor tiene que absorber al menor.
Para 1915, exiliado en Panamá,
Arévalo continuó su ataque contra los grandes exportadores y contra la
Asociación de Agricultores, que para esa fecha, ya se encontraba operando.
Para defender la candidatura del
General Plaza el 3 de Diciembre de 1900 se fundó el periódico “El Voto
Nacional” por un club o comité presidido por Emilio Arévalo.
Diario de Avisos tuvo, desde su
fundación el 1° de Febrero de 1888, un gran núcleo de colaboradores, de los más
distinguidos entre los escritores liberales de todo el país, y literatos de
otra escuela política, y entre ellos citar al Dr. Emilio Arévalo.
Preso y confinado por causa
política: Dr. Emilio Arévalo (calle, 1912).
El aparente éxito de esta empresa,
y el exclusivismo puesto por sus actores en las tesis sustentadas, que sólo
concedían importancia a la línea cuestionada, con olvido o menosprecio de la
del Zamora, tan importante para ser estudiada como la del Pastaza, estimuló la
defensa concreta que hizo en 1907 el doctor Emilio Arévalo de la ruta del
Paute. La defensa de la tesis Cuencana realizada por el doctor Emilio Arévalo
en su folleto “El problema del ferrocarril al Oriente”, estudio hecho en
Petrópolis, con cálculos realizados sobre documentos Peruanos, enuncia dos
cuestiones: la presidencia de la línea del Jubones, prefiriendo la de Huigra, y
la declaración concreta de la importancia política de la línea del Zamora para
penetrar al Oriente.
816 - "Arévalo Manuel"
Al solicitársele información
respecto a los nueve abogados residentes en 1826 en esta ciudad y en Loja, el
Intendente General del Azuay, el General Ignacio Torres Tenorio, formula juicio
en términos severos. Para que se vea la forma en que lo hace con franqueza de
soldado transcribo sus concisas apreciaciones: el doctor Manuel Arévalo es
“talento y aptitud”
El Dr. Manuel Arévalo, Abogado de
los Tribunales del Ecuador, adjunto a la subdirección de Estudios del
Departamento del Azuay, Catedrático de Derecho Público Internacional y Academia
Política, Ministro Presidente de la Corte de Apelaciones en 1830.
817 - "Arévalo Francisco J."
El 10 de Enero de 1871; es decir,
diez días después de la aparición de El Rocicler, circuló el primer número de
la Esperanza, “periódico religioso y literario” figurando en el cuerpo de
colaboradores el Sr. Francisco J. Arevalo.
818 - "Arévalo Aníbal"
Licenciado en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia – 12 de
Julio de 1881
Abogado
Ministro Corte Superior de Manabí
1898 – 1897
Presidente Corte Suprema Manabí –
1897
Falleció – 18 de Septiembre de
1938
819 - "Arévalo Celso"
Director de la Escuela de
Ayacucho – Guayaquil
1902 – 03 – 05
Nació en Cuenca 1872
820 - "Arévalo Francisco Javier"
Nació en Cuenca 1815
Presbítero
Diputado por Cuenca 1845 – 1846 –
1848
Maestre Escuela Catedral de
Cuenca 11 – 3 – 1863
Dean de la Catedral de Cuenca 18
de Febrero 1864
Miembro del Concilio Provincial
de Quito 1869
Rector del Seminario de Cuenca
1876 a 1881
Vicario General de Cuenca
Falleció el 11 de Marzo de 1889
821 - "Arévalo José Antonio"
Vicerrector del Seminario de
Cuenca 1813 Cura de Pacha 1820
822 - "Arévalo Figueroa Luis"
Nació en Cuenca el año 1870 en el
hogar formado por el Sr. Santos Arévalo y por la Sra. Domingo Figueroa.
Fue ordenado sacerdote por el
Excmo. Mons. Dr. Isidro Barriga, en Guayaquil, el 31 de Enero de 1892.
En este año fue nombrado Capellán
del Hospital de Babahoyo. El 10 de Mayo de 1893 fue designado Párroco de
Pimocha hasta el 25 de Abril de 1898.
Desde el 10 de Noviembre de 1896
hasta el 21 de Junio de 1904, desempeñó el cargo de Párroco de Babahoyo. Desde
el 9 de Enero de 1912 a Junio de este año sirve como cura interino de la
Catedral de Guayaquil. Con este mismo cargo labora desde Abril a Septiembre de
1914.
El 28 de Junio de 1913 fue
nombrado Canónigo Prebendado Mayor. El 20 de Abril de 1918 es designado miembro
de la Junta Disciplinaria del Seminario Menor de Guayaquil.
El 11 de Febrero de 1924 fue
nombrado Vocal del Consejo de Administración del Seminario y Examinador Prosinodal.
El 25 de Junio de 1927 al 31 de
diciembre de 1929 desempeño el cargo de Párroco de la Iglesia del Purísimo
Corazón de María. De nuevo sirve a esta Parroquia desde el 17 de Junio de 1931
hasta el 16 de Noviembre de 1933. El 28 de Noviembre de 1931 es
ascendido a Canónigo Penitenciario.
823 - "Arévalo Luis"
Nació en Cuenca 1861
Presbítero 1892
Cura de Pimocha 1894
Cura de Babahoyo 1896
Canónigo Catedral de Guayaquil
Falleció en Enero de 1943
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