"ANDRADE - ANDRANGO"




674 - "Andrade Manuel I."
Presidente del Consejo Cantonal de Cuenca 1835

675 - "Andrade de Endara Mariano"
Presbítero
Cura de San Bartolomé
Diciembre de 1840

676 - "Andrade Mariano"
Nació en Quito en Febrero de 1734
Sacerdote de la Compañía de Jesús – 1750
Doctor en Teología 1761

677 - "Andrade Yánez Miguel"
Cirujano Dentista el 29 de Enero de 1938

678 - "Andrade Miguel"
Doctor en Medicina el 11 de Agosto de 1928

679 - "Andrade Miguel"
Jefe de Investigaciones en Guayaquil en 1924

680 - "Andrade Marín Francisco"
Rector de la Universidad Central 1908 – 1910
Doctor en Jurisprudencia
Abogado en 1871
Presidente del Consejo Cantonal de Quito 1887 – 1888 – 1892 – 1905
Consejo Cantonal Quito 1887 – 1888 – 1892 – 1889 – 1905
Ministro de Hacienda 1894
Diputado por Manabí 1884
Sub decano Facultad Jurisprudencia 1901
Profesor de la Universidad Central 1901 – 1904
Ministro de la Corte Suprema 1902
Ministro de Obras Públicas 1892
Gobernador de Oriente 1884
Senador por Pichincha 1902 – 1903 – 1904 – 1905
Vicepresidente del Senado 1902
Miembro de la Sociedad Unión Ibero Americana 1886
Presidente de la Cámara de Diputados 1911
Diputado por Carchi 1911
Encargado del Mando Supremo 1911 – 1912
Presidente del Consejo de Estado 1914
Presidente de la Corte Suprema 1914
Jefe Político de Quito 1878
Institutor de niños en San Pedro de Catarama – 1895

681 - "Andrade y Cordero César"
El postmodernista del Austro es César Andrade y Cordero (1904), el poeta con el que la lírica Cuencana pone un pica en las escuadra de los adelantados. Como buen Cuencano, edifica sobre un limpio y fresco sustrato rural del que no renegaría nunca. Tras un noviciado de modernismo melancólico, se abre a horizontes más libres, y en 1942 llega a una madurez rica de hallazgos y vigorosos (“Ventana al horizonte”). Más tarde la fórmula de gran plenitud verbal alternará con lo sentimental fácil, lo retórico y lo edificante. La entrega más importante del poeta ha sido “Oculto signo” (1952).
Lcdo. en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 15 de Julio de 1933

682 - "Andrade Miguel Angel"
Lcdo. en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 21 de Abril de 1939

683 - "Andrade Miguel Angel"
Lcdo. en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 27 de Julio de 1906

684 - "Andrade Modesto"
Lcdo. en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 28 de Febrero de 1934

685 - "Andrade Modesto N."
Tesorero Municipal Ibarra – 1885
Diputado por Esmeraldas – 1896 – 1897
Gobernador del Carchi
Gobernador de Imbabura – 1898
Falleció el 24 de Abril de 1901

686 - "Andrade Oña Modesto"
Escribano Público de Ibarra 1905 – 1917

687 - "Andrade Modesto"
Oficial 2 de la Dirección de Crédito Público 1848 – 1849

688 - "Andrade Rodríguez Moisés"
Ministro del Tribunal de Cuentas de Quito – 1926

689 - "Andrade Navarrete Nicanor"
Subdiácono
Diacono
Presbítero
Cura de Tumbambiro y Salina 1915
Cura de Tanicuchi 1915

690 - "Andrade Moscoso Jaime"
Uno de los escultores más representativos del país, en las últimas décadas, Jaime Andrade Moscoso murió hace pocos días a los 77 años de edad.

Nacido en Quito, en 1913, estudió en la escuela de Bellas Artes de Quito, posteriormente siguió cursos de perfeccionamiento en Nueva York; ejerció durante largo tiempo la docencia en la Escuela de Bellas Artes, y en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central del Ecuador.

Manejó con Maestría el hierro y la piedra. Su gran temperamento artístico y dominio de la técnica permitieron realizar obras de gran expresividad.

Sus mejores obras estuvieron saturadas de tonalidades metálicas, modalidad adoptada por algunos pintores contemporáneos, jugó con la luz que incorporó a la escultura a base de reflejos intensos o bajos que destacan más a la obra.

Asimismo,  realizó varios murales en edificios públicos: en el aeropuerto, en la Universidad Central, en el Banco Central, en el Municipio de Quito y se hizo merecedor del premio Eugenio Espejo.

Su hermano, Raúl Andrade manifestó que su hermano jamás se detuvo en la consagración escultural de la piedra, el mármol o la madera, en su obra, y sopló creador lo envolvía, “el de barba blanca y grande, el cobre y las minúsculas piedritas, deja de lleno su obra”. Todo ello se convirtió en la expresión viva de su ánimo.

691 - "Andrade Nicolás"
Subdiácono el 30 de Junio de 1909

692 - "Andrade C. Octavio"
Lcdo. en Jurisprudencia
Doctor en Jurisprudencia el 24 de Enero de 1919

693 - "Andrade Pedro"
Religioso Franciscano
Presbítero el 3 de Abril de 1921

694 - "Andrade Pompeyo J."
Escribano de Daule en 1896

695 - "Andrade Heymann Juan"
En 1961 – apenas cumplidos los dieciséis años – Juan Andrade Heymann nos sorprendió con la publicación de “Cuentos extraños”, su primer libro. Alto y desgarbado, delgado, con un caminar lento y cansino, con los ojos ocultos detrás de los gruesos lentes y con una sonrisa irónica siempre a flor de labios, Juan exhibía por los corredores y la aulas del colegio, con un descuidado aire de superioridad, su amplia cultura y sus numerosas y, para nosotros, extrañas y complejas lecturas. Muy pronto me hundí con avidez en el mundo grotesco, alucinante y desgarrador de esos diez cuentos. Un humor ácido, aparentemente impropio en un adolescente, jugueteaba con sutileza en esas páginas escritas con un estilo terso y claro, de una madurez sorprendente, transformando su visión desolada en un instrumento de burla y de crítica mordaz y despiadada. “La gente tropezaba a cada paso con los charlatanes que ruidosamente propagaban la efectividad de los nuevos descubrimientos de un científico yanqui: un invento para las amas de casa, que les permitiría batir huevos sin necesidad de cascarlos; otro para colocarse los calcetines después de los zapatos; y un tercero para dormir sin cerrar los ojos, como lo hacen los amodorrados gerentes de empresas comerciales y… los caballos”.

Nuestras vidas continuaron por distintos caminos. A la distancia, con el afecto propio de una amistad nacida en la infancia y enriquecida en la adolescencia, seguí con interés su itinerario vital, sus viajes y, sobre todo, su obra: “Coros” (1964), “El lagarto en la mano” (1965), “Cuentos del día siguiente” (1972), “Anécdotas de vuelta y media” (1973), “La erección de San Fernandito”, en colaboración con Sócrates Ulloa (1975), “Acto”(1975), “Las nueve novelas no ejemplares de la señorita Hincapié” (1977), “Furores concretos”, (1980),”Sólo por esta noche” (1985),”Lascivo esplendor”(1985),”26 años de vacaciones” (1988), “Cabaret Picasso”(1992) y “Las tertulias de San Li Tun” (1993). Todos estos libros – poesía, cuento, novela – han ido conformando una de las obras más sólidas, variadas, agudas, renovadoras y críticas de nuestra literatura contemporánea. Aunque yo espero todavía (esperanza que hago pública)el día en el cual Juan Andrade Heymann nos entregue un libro de largo aliento, totalizador, que constituya un símbolo: la gran novela ecuatoriana de nuestra generación, atormentada, agobiada por el fracaso, tal vez definitivamente hundida en el desconcierto y en la desesperanza. O – peor aún – en la indiferencia.

Entre esos libros, respetando criterios siempre  dispares, tal vez “El lagarto en la mano” sea el de mayor éxito y más amplia difusión. El más comentado y elogiado por los críticos. Es – opina Miguel Donoso Pareja en su “Nuevo realismo ecuatoriano” – una “novela pionera en el logro de una actualización expresiva de la narrativa ecuatoriana, aunque haya habido otras actualizaciones, todas parciales. Y es, quizá, la novela más estrechamente ligada a los procedimientos narrativos de (Pablo) Palacio, aun contando con elementos muy propios y definitorios”. “En una década subversiva, cual fue la del sesenta – complementa Francisco Proaño Arandi –, quien escribiera ‘El lagarto en la mano’ fue particularmente subversivo, puesto que trastocó las estructuras usuales y aportó una carga de preocupaciones de raigambre surreal encaminadas a reinterpretar, y quizá ‘desprestigiar’, en la línea recomendada por Palacio, y desde ángulos crecientemente problemáticos, la realidad”.

“Alerta roja” – publicada hace pocos días – es su última novela. Es un texto muy corto. El autor, mediante la utilización de un recurso aparentemente sencillo, nos hace conocer su pensamiento sobre múltiples temas. Un psicoanalista, en diálogo con su paciencia, una mujer de treinta y dos años, viuda y madre de tres hijos, a quien llama Clara “por la penumbra en que vive”, va hilvanando para los lectores, con un lenguaje cargado de ironía y de un humor corrosivo, “extractos” de sus reflexiones sobre el poder y los políticos, la corrupción y la violación de los derechos humanos, la literatura, el fascismo y el racismo, el mundo “plagado de riquezas exorbitantes” y de “insultantes miserias”, la “civilizada” Europa y el “salvaje” Tercer mundo, el sectarismo y el dogmatismo, Dios y la muerte…En una palabra, sobre la vida. “La vida, la dulce vida, la vida llena de entierros y de escombros, de terribles soledades, llena de ausencias y separaciones; la vida nunca vacía, con heridas y cenizas, con fatigas y melodías, miradas en el pecho y punzadas en los ojos, angustia por el mar, por las montañas y el viento, con ansiedad por los hijos, por la luna y las playas, por las noches, por el pan y por los sueños…”.

696 - "Andrade Rodríguez Rafael"
Profesor de la Universidad Central 1912 – 1917
Decano de la Facultad de Ciencias 1931 – 1929

697 - "Andrade Lalama Rafael"
Capitán del Puerto de Guayaquil 1912
Jefe del Crucero Cotopaxi 1912 – 1913
Falleció el 5 de Junio de 1932
Alférez de Fragata – 1897
Alférez de Navío – 1902
Comandante Pontón Cte. Marcos 1903

698 - "Andrade Rafael"
Doctor
Secretario de la Gobernación de Tungurahua
Falleció en 1888

699 - "Andrade Ramón"
Médico y Cirujano
Cirujano de la Brigada de Artillería en 1873 – 1875
Médico de Sanidad – Quito – 1889

700 - "Andrade Ramón"
Subdiácono
Diacono
Presbítero
Cura de Urcuqui en 1840
Cura de San Andrés en 1905
Cura de Chimbo en 1908
Cura de Calpi en 1909
Cura de La Asunción
Cura de Punin en 1915

701 - "Andrade Rubén"
Doctor en Ciencias Sociales el 1 de Enero de 1947

702 - "Andrade Figueroa Sancho de"
Natural de Coruña
Obispo de Guamanga
Obispo Auxiliar de Quito
Obispo de Quito 1 de Abril de 1688
Falleció el 12 de Mayo de 1702

703 - "Andrade Segundo"
Tesorero Municipal de Otavalo en 1898 – 1899 – 1900

704 - "Anchundia Ramón"
Tesorero Municipal de Montecristi en 1897
Colector Fiscal de Montecristi en 1897

705 - "Anda Eudoro"
Graduado como ingeniero civil en 1879. En la Escuela Politécnica de Quito

706 - "Anderson"
En tales condiciones, Sucre como jefe Militar, no dando como razón de su fracaso la agregación de Guayaquil a Colombia, sino la posibilidad de su derrota en la campaña contra Quito, si no le hiciere, manda a Buenaventura los Buques anclados en la ría, y el General Antonio Morales, en carta a Santander, desde Guayaquil el 7 de Noviembre dice al respecto: “Hoy sale el bergantín Sacramento para que venga Bolívar, el héroe de Carabobo; pueden venir también (con él) 200 hombres (en este buque). Dentro de dos días saldrá la fragata mercante Grant que puede traer 600 más. En la semana entrante irán el Ana que puede conducir 250  y la fragata mercante Grant unos 800”. Mucho debemos con este motivo al señor José Villamil de este (vecindario), que ha facilitado la salida del Sacramento y del Grant. El señor Anderson envía el Ana de su propiedad. No obstantes sus cuentas y jaramas, ha manifestado deseos de servir a Colombia, a uno y otro celebraría mucho que usted les escribiera dándoles las gracias, especialmente al primero.

707 - "Andosilla José Ignacio de"
Rector de la Universidad de Santo Tomás

708 - "Andosilla Mariano"
Vicario Santo Domingo 1760

709 - "Andramuño  Juan de"
Natural de Quito
Oidor de Panamá
Doctor en la Universidad de Santo Tomás en 1652

710 - "Andramuño Luis de"
Doctor en Teología en la Universidad de Santo Tomás en 1792

711 - "Ansaldo Cecilia"
 Se proclama feminista. Integrante del grupo mujeres del Ático, ama la literatura y su vida gira en torno a los libros, el periodismo de opinión, la cátedra, la crítica y, en los últimos tiempos, la ginocrítica, rama con la que se siente plenamente identificada.

Colabora con varias instituciones académicas y medios de comunicación. Sus ocupaciones son múltiples. Su tiempo escaso, sin embargo, no es raro verla en un coloquio, conferencia o presentación de alguna obra exponiendo sus criterios. Es que Cecilia Ansaldo es una mujer vital, que aprovecha hasta el último minuto del día, y esa energía que aflora en sus participaciones públicas o en sus escritos está presente también en el aula y en su existencia cotidiana.

Sentada en uno de los sofás de su casa, en una tarde de febrero, refiere no obstante, que cuando mira su vida desde el punto de vista literario, le da mucha pena.

“Quisiera dedicarme sólo a la literatura, mas todos sabemos que de aquello no se vive, por eso tengo que hacer cátedra. Con esto no quiero decir que la cátedra no me guste. A mí me encanta y eso lo pueden confirmar centenares de ex alumnos. Soy una profesora que ha podido transmitir a mucha gente joven y no tan joven, su pasión por la literatura, por la lectura; pero, a veces pienso que tal vez vaya a terminar mi vida en esa especie de fragmentación intelectual que no nos permite hacer a quienes estamos en esta coyuntura, nada completamente” .

PIONERA DE LA GINOCRÍTICA
Rectora del colegio Alemán Humboldt y catedrática de la escuela de comunicación Mónica Herrera y de la Universidad Católica, Cecilia Ansaldo es pionera de la ginocrítica en nuestro país y la única que se dedica sistemáticamente a ella. Sus estudios en este campo datan de hace ocho años, pero es en el último lustro que salen a la luz. “Se trata de una herramienta de trabajo para críticos y estudiosos, surgida en la década del 70, en Norteamérica. Tiene un cuarto de siglo de existencia, pero en Ecuador todavía produce sospechas, turbación y, lo que más me preocupa, tergiversación”.

Con voz fuerte y desinhibida, característica en ella, explica que la ginocrítica tiene que ver con los movimientos feministas y que los logros a nivel internacional son múltiples. “América Latina tampoco se queda atrás. Con diferente ritmo de desarrollo, ha hecho estudios que si bien no se identifican con la palabra ginocrítica, son, en el fondo, una vez que se analizan las premisas con que se ha trabajado, ginocríticos y tenemos ya una bibliografía de apoyo que sale de los núcleos latinoamericanos”.

¿Cómo surgió su interés por la ginocrítica?
En este punto tengo que ser absolutamente fiel con el grupo mujeres del Ático. Mi carrera se ha movido en dos ámbitos: el universitario, al que estoy ligada desde 1973; y el del Ático, que yo misma levanté cuando encontré en el medio una cantidad de mujeres, de amigas, profundamente interesadas en la literatura y deseosas de hacer estudios serios al margen de la Universidad. Esto me permitió tener lecturas y búsquedas para las cuales me sentí apoyada y tuve dialogantes en mis compañeras de grupo. Entonces, el interés del Ático y mi propia sensibilidad y adhesión ideológica al feminismo, hizo que me incline por la ginocrítica. Hay de por medio, además, el deseo solidario de apoyar y promocionar el trabajo literario de las mujeres.

La ginocrítica cuestiona el carácter machista de la literatura. Sin embargo, ¿no cree usted que con esta práctica, con estos estudios desde el punto de vista feminista, puede caerse también en sexismo?.
Con cualquier ideología se puede caer en los extremos. Eso pasa con el cristianismo, eso ha pasado con el marxismo, eso podría pasar con el feminismo o con la ginocrítica.

En síntesis, ese riesgo no es exclusivo de esta práctica crítica. Se cree que la mujer que lucha por mujeres se queda parcelada y encerrada en un mundo de mujeres y no es así.

Acabo de corregir unos trabajos que hicieron mis alumnos. Ellos entrevistaron a varias poetas Guayaquileñas y muchas, frente a la pregunta ¿Es usted feminista? Revelan perjuicios. Contestan no, yo no soy feminista, pero me preocupa la situación de la mujer. Esta respuesta, para mí, es jugar con las palabras. A quién le preocupa la situación de la mujer, admite que las mujeres tienen un problema grande, terrible, que solamente puede solucionarse con la participación de todas.

¿Qué es la ginocrítica?
La ginocrítica puede definirse como “la crítica que tiene por objetivo básico la inclusión de puntos de vista de los grupos oprimidos, que indaga la mitología establecida sobre las mujeres y otros grupos minoritarios, perpetuada en los estereotipos y actitudes que son espejos de las fantasías dominantes y de las normas que rigen la conciencia social”. (Barnes Annette).

En el ámbito literario, la ginocrítica investiga el papel de la mujer en la literatura, las características de la obra literaria de mujer, su forma, sus contenidos, el trato que la historia de la literatura ha dado a las mujeres y la lectura de obras de escritores masculinos desde una perspectiva de mujer. En una palabra: analiza la historia literaria incluyendo el punto de vista del sexo como uno de los factores determinantes de su desarrollo.

En definición de una de sus más importantes teóricas, la norteamericana Elaine Showalter, la ginocrítica “empieza a registrar nuevas opciones para una nueva historia literaria”.

Las hipótesis de una historia literaria propia de mujer tomaron cuerpo teórico en la década del 70, fundamentalmente en los Estados Unidos. Su desarrollo corre paralelo al afianzamiento de departamentos universitarios dedicados a estudios específicos sobre la mujer y, desde un principio, tiene un claro contenido interdisciplinario.

El desarrollo de la ginocrítica ha llevado a la concreción de tres campos de acción específicos: 
a)      Redescubrimiento de las denominadas escritoras menores;
b)      Relectura crítica de los autores clásicos; y,
c)       El establecimiento de nuevos parámetros en la historia de la literatura.
(Extracto del ensayo La ginocrítica: una perspectiva literaria “otra”, de Mar de Fontcuberta).

Una Mirada crítica a los críticos ecuatorianos
Aunque sostiene que en Ecuador es poco lo que se ha logrado a nivel de ginocrítica, Cecilia Ansaldo admite que Fernando Balseca es un joven estudioso con gran apertura hacia este terreno “y en los últimos meses he descubierto también que Fernando Itúrburu tiene una interesante formación en el ámbito de crítica literaria feminista. Ambos han realizado estudios en Estados Unidos”.

¿Qué pasa con los otros estudiosos y críticos literarios ecuatorianos?
No lo sé. A veces me pregunto si será que los estudiosos mayores no están muy abiertos a los vientos nuevos de la crítica, o será que sobrevive en este campo de las mujeres tanto prejuicio e inconscientes barrera hacia particularizar ámbitos genéricamente situados.

Respeto muchísimo en el área de la crítica literaria a María Rosa Crespo y María Augusta Veintimilla, de Cuenca, y a Laura Hidalgo y Susana Cordero, que residen en Quito. Las dos primeras has estado haciendo trabajos analíticos en los que podría descubrirse coincidencias ginocríticas sin que ellas mismas lo teoricen así. En las otras dos, y especialmente en Susana, hay gran sensibilidad y solidaridad por la problemática y obras femeninas, pero todavía no se pronuncian de manera reconocidamente ginocrítica.

Campo con Futuro impreciso
¿Cuál es el futuro de la ginocrítica?
Todavía es un campo impreciso y está muy necesitado de que algunos estudiosos lo adopten como herramienta, precisamente para probarlo, para enfrentarlo al texto literario y que no se quede en el nivel de una abstracción o de un razonamiento teórico. Se necesita gente que lo practique e incluso que llegue a constatar que tiene dificultades, limitaciones y la necesidad de encontrar nuevos caminos o de hacerle reajustes y purificaciones muy severas, pero mientras nos siga inspirando temor y se siga quedando guardado en los libros no lo vamos a probar.

Se comenta, Cecilia, que usted escribe poesía
Es verdad. Tengo vocación por la lírica desde hace muchísimo tiempo y he escrito cosas que están en mis papeles privados. Todavía no muestro nada porque estoy a la espera de un paréntesis en mi vida en que pueda dedicarme a una escritura sostenida de esa inclinación lírica, pero quién sabe cuándo llegará.

¿Entonces, su verdadera vocación es la escritura?
Si, prefiero la escritura, pero quisiera escribir muchas cosas: crítica literaria, periodismo cultural, periodismo de opinión, y, es posible, la escritura personal. Después de todos estos años entregada a la educación, me interesaría mucho poder ocuparme sólo de la escritura.

“Las mujeres sabemos sufrir de manera verdaderamente valiente”
¿Qué significa para usted ser mujer?
Significa encarnar una posición tensionada entre muchas fuerzas, más que nada en este momento histórico, en el que las mujeres tenemos que hacer muchas cosas para no traicionarnos a nosotras mismas, para cumplir con roles que de todas maneras están allí impuestos y para combinar en nuestra praxis cotidiana dos experiencias para las que encuentro estamos especialmente dotadas. La una es la experiencia del dolor. Las mujeres sabemos sufrir de una manera verdaderamente valiente, honda, con una gran capacidad de resistencia que enriquece nuestro yo.

La otra es que las mujeres tenemos una extraordinaria dimensión de solidaridad. En este vaivén entre el dolor y la solidaridad se pueden apreciar los más admirables matices de la femineidad.

¿Cómo concibe el término “escribir como mujer”?
Para mí escribir  como mujer es recoger la específica coyuntura histórica – social – emotiva – psicológica – lingüística  de las mujeres. Es decir, que en la escritura haya una especie de primacía para el puesto femenino dentro de todos los otros signos que tienen que darle la vuelta al mundo de la ficción.

Antología “Cuento Contigo”, agotada en apenas un año
¿Está satisfecha con ser mujer de este siglo o habría preferido nacer en el siglo XXI?
Las pobres mujeres del pasado tuvieron una cantidad de menoscabo y de limitaciones que nosotras, las de ahora, ya no tenemos, pero me imagino que las del futura tendrán menos todavía. Así que si van a moverse en un ámbito de mayor respeto a su condición genérica, mayor libertad y mayor posibilidad de desarrollo de sus talentos personales, sí me habría gustado nacer en el siglo XXI.

¿Qué personaje femenino de ficción le habría gustado ser?
Posiblemente una de la heroínas de la “Casa de los espíritus”, de Isabel Allende, o una de las mujeres solidarias, tan ricas en su gama de relaciones humanas, de “Nosotras que nos queremos tanto”, de Marcela Serrano.

CUENTO CONTIGO
Y entre conversación y conversación, llegamos a “Cuento contigo”, antología de cuento ecuatoriano de su auditoría, publicada el año pasado, precisamente por estas fechas. “Está agotada y ese es un dato interesante en nuestro medio. Tengo entendido que algunos colegios se han servido del libro como material de trabajo”, manifiesta satisfecha.

Afirma, asimismo, que a pesar de todas sus ocupaciones, que parecería no le dejan tiempo para nada, cultiva muchísimas amistades y que se considera por ello una persona afortunada.

712 - "Astudillo Regalado José María"
La Alianza Obrera amparaba al semanario de Don José María Astudillo R. quien, lo mantuvo por de 30 años. Don José María falleció el 25 de Julio de 1953.

713 - "Andrango Estanislao"
En Junio de 1865 dos buques compañías la flotilla conservadora de García Moreno y el Smyrk. Embarcarse 250 hombres, entre los sacados de los pabellones Guayas y Babahoyo, y de un regimiento. Mandávalos los Cneles. Juan Manuel Urga, José Martínez de Aparicio, y Francisco J. Martínez; los comandantes José María Quiroz, Manuel Sixto Arvelo, Marcelino Maridueña, José Gutierrez, Baldomero Haz, Santiago Pasos, Guillermo Pareja, José Murgueitio, Juan León Arcia, los capitanes Darío Capelo, Antonio José de Sucre, Francisco Macini, Pedro Moncada, Estanislao Andrango, Modesto Álvarez, José Mercedes Brito, Joaquín Pastor, Francisco Parreño y otros tenientes, subtenientes, y alféreces. El comandante en jefe era García Moreno. Partieron el Domingo, 25 de Junio de 1865, a las 7 pm, navegaron toda la noche, por el Guayas, y el 26 a las 7 am, llegaron a divisar a los buques Guayas y Bernardino, fondeados tranquilamente en Jambelí. A bordo del Bernardino se hallaba el Gral. Robles, y a bordo del Guayas, el comandante Marcos, diviso primero al Talca, y vio que traía bandera inglesa; días antes habían le visto pasar: ¿cómo hubieran presumido que llegaría en contra de ellos? Cuando ya estuvo próximo, arrió el pabellón inglés.

714 - "Ango Francisco"
El 11 de Enero de 1620 es nombrado este principal de Pamanpiro, Alcalde  Mayor de los Pastos y Alguacil mayor, a don Felipe mira, de mira.

715 - "Ango Jerónimo"
Alcalde mayor de Chapí, y don Cristóbal Tayez, principal de Tabúes en 1626.

716 - "Angles José María"
En 1891 publicó en Madrid la “Breve reseña de la vida de la Beata Mariana de Jesús”, que, como lo indica el título, no es un extracto de la biografías más conocidas de la Santa Quiteñas anteriormente. Se reprodujo este resumen en Guayaquil, en 1906.

717 - "Angles Felipe Santiago de los"
Sacerdote, de la Orden Betlemítica, llegó a Guayaquil procedente de Piura donde ejercía el cargo de Viceprefecto del convento, vino a recoger limosna para el hospital de Piura, cuando la necesitaba con mayor urgencia nuestro pequeño hospital. Presentó al Cabildo el 13 de Agosto de 1750 los siguientes títulos, que fueron aprobados: Dr. en Sagrada Teología y Maestro en Filosofía de la Real Universidad del Ángelico Santo Tomás de Quito; Catedrático de Prima; Protomédico General de los Reinos del Perú y Examinador en el Real Protomedicato de Lima. Antes de estar en el Perú había vivido en Quito, cuyo Cabildo de Autorizo en 1748 para que ejerciera o “practicara” en los términos de esa jurisdicción la medicina; pero él venía ejerciendo desde antes. Los títulos que presentó en aquel entonces consistieron en un despacho del visitador Protomédico de Lima y un certificado de la Real Audiencia. Fue Catedrático de Prima en la Universidad de Santo Tomás y como tal lo encontramos dictando sus clases en el tercer curso de Medicina en 1749, después de los cual se ausentó al Perú, seguramente por la suspensión que los estudios de medicina que se hizo en dicha Universidad en 1750. Vino para los habitantes de Guayaquil como enviado del Cielo. No fue tan fácil convencerlo, pero al fin se consiguió que se hiciera cargo del hospital a nombre de la Orden Betlemítica con la condición de que no se solicite limosna en la ciudad para otros hospitales. Condición que fue impuesta por él mismo. Desde luego, la entrega tenía carácter provisional hasta la aprobación definitiva por los superiores de la Orden. No permaneció mucho tiempo en la administración, pues en septiembre de 1752 renuncia el cargo ante el Cabildo. Sin embargo de todo esto, el hospital siguió bajo cargo de la administración de Fray Felipe hasta el mes de Diciembre en que este recibió la orden de su superior para alejarse de Guayaquil, lo que hizo después de presentar un nuevo informe en el cual dice que del 25 de Septiembre al 15 de Diciembre había asistido 80 enfermos y de ellos fallecieron.
En el año de 1785 aún ejercía la medicina en Quito, con permiso del Cabildo.

718 - "Angles Carlos Antonio de los"
Graduado, en medicina, ejerció en Quito a comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII, el cabildo le concedió licencia para curar en 1734.

719 - "Andrés"
Prior de San Agustín, por gran participación en la independencia es remplazo después por Fr. José Pastor.

720 - "André Edonar"
Llegó al Ecuador por la frontera norte pues vino desde Colombia en mayo de 1876 y salió del país, por Guayaquil, hacia el Perú en Julio del mismo año. Fue el jefe de una comisión botánica propiamente, que Francia envió a los tres países sud-americanos, para el progreso de las Ciencias Naturales.

Edonar André que no era médico tampoco, hizo observaciones interesantes sobre las provincias del norte, hablando de su clima, y en particular del Chota, y su importante vegetación de clima cálido. Estudió la producción del valle de Otavalo y las costumbres de sus indígenas.

Ya en la capital, hace estudios parecidos y visita al hospital de San Lázaro; hace observaciones sobre la alimentación en los grupos sociales de sus pobladores y al estudiar el “mal de las montañas” o soroche, emite el criterio de que el “soroche” influye en la psicología del habitante de los altos Andes, en lo cual no andaba errado, desde luego.

Hizo amistad en Quito con el sabio Sodiro, y con él emprendió viaje a las selvas occidentales de Pichincha, recorriendo, el valle del río Blanco.

721 - "Angulo Euclides"
Comandante General de la División del Centro 1883
Coronel 30 de Enero de 1884
General en Colombia 1883

722 - "Angulo Juan de"
Francisco Pizarro le concedió las encomiendas de los pueblos de Chanday y Loazán.

723 - "Angulo Villagómez Manuel"
Diputado por Quito – 1845
Director de la Casa de Monedas 1846 – 1848
Senador por Loja 1846 – 1847 – 1848 – 1849
Presidente de la Cámara del Senado  1868
Senador por Pichincha  1868
Diputado por Chimborazo 1853
Diputado por Pichincha 1852 – 1868
Presidente del Consejo Cantonal de Quito 1856
Diputado por Imbabura 1850 – 1852
Decano de la Facultad de Ciencias – 1864
Miembro del Consejo Superior de Instrucción Pública – 1864
Profesor de la Universidad de Quito – 1830
Doctor en Jurisprudencia
Ministro del Tribunal de Cuentas de Quito – 1875 – 1876
Nació en Quito el 11 de Noviembre de 1802
Presidente del Tribunal Cuentas Quito – 1873
Falleció el 19 de Agosto de 1877

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